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Gran plan y poco instinto matador

  • El Sevilla termina sufriendo y encaja un gol anulado después de exhibir su fútbol vertical en Las Palmas

  • La falta de maldad para rematar tantos ataques y la fatiga del Mudo casi lo matan

Gran plan y poco instinto matador

Gran plan y poco instinto matador

Vincenzo Montella tiene un plan de juego bien definido y un equipo base que lo ejecuta a la perfección. Los problemas surgen cuando sus elegidos dan síntomas de fatiga o no se muestran acertados en la suerte decisiva. En Las Palmas, el Sevilla realizó una exhibición de fútbol competitivo, salvo en la definición de multitud de ataques y contraataques que deberían haber tenido reflejo en el marcador. Esa falta de instinto matador dejó el partido al pairo de una contingencia como el penalti inventado entre Halilovic e Iglesias Villanueva, después de que la fatiga de Franco Vázquez, sustituido por Roque Mesa, dejara sin hilo conductor la salida del equipo. Al final, tras haber merecido ganar por goleada, pudo recibir un empate como castigo a su falta de maldad. Pero el árbitro vio falta de Calleri a Lenglet en el gol anulado a Gálvez. Menos mal.

Ya de inicio debería haber ido ganando el Sevilla, si Ben Yedder hubiera acertado a evitar a David García como hizo con el meta Chichizola tras el enorme pase de Pizarro. Pero el goleador falló en su suerte preferida, la frialdad en el área, y la estrelló en el defensa. Fue la primera, la más clara, eso sí, de muchas ocasiones al limbo. En la segunda parte hubo otra muy clara también de N'Zonzi, que no pudo superar al portero tras una contra llevada por él y el Mudo. Habría sido el 0-3, no la remataron, ambos acabaron asfixiados y al Sevilla le tocó sufrir.

Defensa

Montella ordenó a su defensa, con la única inclusión de Layún por Escudero, que adelantara metros y achicara los espacios para alejar del área el juego de combinación de Las Palmas. Mercado y Lenglet estuvieron firmes en esa labor de anticipación y marca pegajosa, para evitar la conexión entre Jonathan Viera y Calleri. Jesús Navas por fuera frenó a Nacho Gil, que sí creó algún problema por dentro, y Layún secó a Jairo. La pareja de medios se compenetró bien para hacer la raya o darse cobertura cuando el otro daba un paso adelante. Y los robos y las intercepciones fueron continuos.

Sólo en el último cuarto de hora, cuando el ilusionista Halilovic se sacó de la chistera ese penaltito, tembló el Sevilla. Entre otras cosas porque Roque Mesa, que relevó a Franco Vázquez, no se acopló bien con un cansado N'Zonzi. Montella se desdijo y ordenó a Pizarro, al que situó en el lugar del Mudo, que volviera a su posición de origen y al canario que se adelantara, también para contrarrestar el desesperado juego aéreo de Las Palmas.

Ataque

Con verticalidad y apoyándose en Franco Vázquez y Ben Yedder, el Sevilla superó en multitud de ocasiones la presión de Las Palmas y se encontró un erial para correr tras esa primera línea. Pero Sarabia y Correa, y también de inicio un frío Franco Vázquez, tardaron en romper la defensa rival. Les faltó decisión, determinación, maldad a todos los atacantes. La tuvo Sarabia en el regate y el disparo del 0-1 de Ben Yedder. Y la tuvo el Mudo buscando al hábil Sarabia en el 0-2. Pero fueron tantos los ataques fallados por languidez...

Virtudes

Un plan bien definido y calidad para ejecutarlo.

Talón de aquiles

Debe rematar mejor los partidos.

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