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N'Zonzi, percepción o mejora real

  • El medio francés, objeto de críticas al inicio del curso, es un baluarte fijo en el esquema actual de Emery.

Quizá son modas, corrientes que van y vienen, quizá son opiniones que se multiplican por el efecto de las redes -ya sean sociales o de carné con asiento-, quizá fue que esperaban un jugador y vino otro...

Pasado más de medio curso, el sevillismo empieza a valorar el fútbol de Steven N'Zonzi, un tipo tranquilo y risueño que nunca fue con el balón en los pies lo más parecido a Krychowiak ni lo que más se puede asemejar a Mbia. El espigado centrocampista francés recibió críticas despiadadas tras sus primeros partidos oficiales con el Sevilla. En el primero fue fusilado por una expulsión evitable en Málaga que emborronaba un encuentro inmaculado con el balón. N'Zonzi tuvo un cien por cien de efectividad en pases, pero no anduvo certero a la hora de medir los tiempos y los terrenos en el cuerpo a cuerpo. No se lo perdonaron aquellos a los que les faltó el tiempo para etiquetarlo. Pero ese mismo encuentro ya daba una medida del fútbol que esconde este exquisito conector de líneas al que le ha bastado aplicar algo más de intensidad en las disputas para ganarse definitivamente la confianza del entrenador y el beneplácito de una grada que hasta lo silbó.

Pero, ¿cuál ha sido el secreto de la transformación futbolística de N'Zonzi? Y, otra pregunta: ¿ha sido una transformación real del futbolista o fue la percepción exterior la que cambió? El hecho real es que el ex jugador del Stoke City se ha convertido en un fijo para Emery, mucho más ahora que la baja de Krychowiak obliga a buscar futbolistas que realicen con garantías la labor del polaco, tanto en la suma como en la resta.

N'Zonzi es desde comienzos de temporada el encargado de sacar el balón entre los centrales junto al medio que ahora se encuentra en el dique seco. Su juego al primer toque y giros con control orientado cambiando el sentido del ataque es un tesoro en las basculaciones. El francés es el mejor exponente del idílico aserto del juego por este orden: percepción, decisión, ejecución. Es decir, saber antes de recibir el pase dónde va a ir el balón.

Pero quizá en lo que más ha mejorado N'Zonzi pueda estar en lo que ofrece sin balón. Cuentan que Emery ha dedicado horas en los entrenamientos a mejorar su juego de cabeza en las disputas aéreas, en las que llamaba la atención que no se impusiera con sus 193 centímetros de estatura. Aquí todo suma. Como cualquier jugador que llega de otra Liga como la Premier por muy competitiva que sea necesita un periodo de adaptación para coger los ritmos, las distancias, las velocidades y hasta los criterios arbitrales. Puede decirse que lo comprobó el mismísimo Fazio en Balaídos.

El caso es que N'Zonzi es otro, o parece otro. La incógnita es si se trata de una mejoría real o de una simple percepción de los que lo ven desde el exterior. De cualquier forma, da lo mismo. Quizá sea ambas cosas.

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