Visto lo que le queda al Sevilla en la Liga, por una parte la ventaja de siete puntos que disfruta sobre el quinto, y por otra el punto de desventaja ante un Atlético de Madrid que llega muy fuerte a la recta final, al equipo de Nervión se le abren dos escenarios: si amarra los cuatro partidos que le quedan en casa ante Granada, Celta, Real Sociedad y Osasuna -o al menos tres de ellos-, esa plaza de Champions que hoy atesora no se le va a escapar; pero el segundo escenario, cazar al Atlético de Simeone, aparece más lejano y obligará a los sevillistas a pescar fuera de casa, con tres salidas espinosas a Valencia, Málaga y Madrid para visitar al líder en el Bernabéu.

Por lo pronto la primera de esas salidas, el Domingo de Resurrección, es a Mestalla. Y si la visita ya se anunciaba exigente por lo que aún escuece por allí el gol de Mbia en la Liga Europa, más lo será aún con el estado de forma que hoy disfruta el Valencia, muy mejorado con respecto al de los dos primeros tercios del campeonato. El equipo de Voro encadena tres victorias consecutivas, ante Deportivo, Celta y Granada, y juega con la ligereza de piernas del que ya se siente salvado, sin peligro alguno de descender.

Un dato ilustra que el Valencia, bajo el mando del que fuera jugador y delegado, no se lo pondrá nada fácil al Sevilla: Voro lleva una media de 1,73 puntos por partido, la sexta tras Zidane (2,40), Luis Enrique (2,22), Simeone (2,00), Sampaoli (1,96) y Escribá (1,74).