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¿Y cambiando los papeles en el eje?

  • Con Fazio como cierre y Duscher tratando de hacer de enganche, el Sevilla no tuvo ni equilibrio defensivo ni fluidez en ataque · Con cuatro de los que fueron titulares el jueves, no pudo superar a un rival con diez

Jiménez hizo lo que tenía que hacer: sacar de inicio sólo a cuatro de los que fueron titulares el jueves (Palop, Escudé, Romaric y Jesús Navas), y que posiblemente lo serán también ante el Athletic, pero la imagen que ofreció el Sevilla en El Molinón fue la de un once que caía derrotado por desequilibrios atrás e impotencia arriba por no tener un enganche de nivel para superar a un equipo que se había quedado con diez futbolistas. Como ante el Racing, no encontró la fórmula de hacer efectiva esa superioridad numérica, aunque en la segunda parte embotelló al Sporting. Eso sí, sin fluidez. El técnico escogió a dos medios centros -Fazio y Duscher- que, a lo mejor, intercambiando sus posiciones...

Defensa

Dos focos bien claros provocaron el desequilibrio defensivo. El primero, en la banda de Crespo, absolutamente incapaz ante Diego Castro, arrastrando el loreño a un David Prieto inseguro. El segundo, que acababa descuadrando todo el sistema -hasta Palop tenía que salir a menudo-, el hecho de que Escudé tuviera que salir tanto de su zona, lo que jamás debería haber sucedido jugando el Sevilla como lo hacía con dos medios centros de cierre. El problema era que Fazio y no Duscher era el que se quedaba y el más joven de los argentinos, a veces, tardaba en reaccionar. En una jugada así llegó el 1-0 y en muchas ocasiones el peligro de los gijoneses, que en el tramo final con el Sevilla volcado y el partido abierto, se encontró con contraataques claros.

Ataque

Romaric tuvo buenos movimientos como segundo punta. Se retrasaba y lanzaba, pero no tenía el acompañamiento en Duscher. Por ahí el Sevilla perdió fluidez y a Chevantón le costaba cazar balones. Jiménez se guardaba una carta para el miércoles y exponía otra. Kanoute por Romaric, pero seguía faltando el enganche.

Jesús Navas, Capel y luego Acosta pusieron ganas y sacaron lo que pudieron, pero no fue suficiente.

Virtudes

Básicamente, saber interpretar lo que se juega el Sevilla el miércoles.

Talón de aquiles

Equivocar los roles de Fazio y Duscher. No hubo control y no hubo fluidez de creación ante un rival, otra vez, con diez.

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