Covid-19

Coronavirus y bulos: No, no se puede implantar un chip en una vacuna

Una investigadora con muestras para vacunas

Una investigadora con muestras para vacunas / Agencias

La vacuna contra el SARS-CoV-2 llevará un chip para controlar a los ciudadanos. Es uno de los argumentos favoritos de los teóricos de la conspiración, junto a que el 5G tiene la culpa de la propagación del coronavirus o que Bill Gates es su creador.

Pero, hoy por hoy, ni la tecnología ni por supuesto los controles legales y sanitarios internacionales permitirían introducir un chip en las futuras vacunas contra coronavirus, pese a los mensajes difundidos en redes sociales y otros medios que denuncian esta operación como un plan en marcha para el control de la población.

Así, mensajes que se han hecho virales en Facebook y Twitter alertan sobre la introducción en las futuras vacunas de un chip con nanotecnología de ADN "que puede controlar la actividad cerebral, el sistema nervioso y el sistema endocrino". ¿Con qué objetivo? En líneas generales, garantizar la sumisión de todos los vacunados a un nuevo orden político y económico.

Entre los nombres que los defensores de esta teoría suelen citar como impulsores o cómplices del ambicioso plan de control de la población a través de las vacunas destacan el multimillonario George Soros y, especialmente, el empresario y filántopo Bill Gates, cofundador de Microsoft.

Y las acusaciones no se mueven exclusivamente en el ámbito de las redes sociales. Hace unos días, el presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza, se preguntaba en público: "¿Por qué Bill Gates, Soros, anuncian hace años que se avecinaba el coronavirus? ¿Cómo ha venido esto? ¿Con qué motivo?". Y añadía: "Quieren también controlarnos cuando se encuentre la vacuna con un chip en cada uno de nosotros, para controlar nuestra libertad. Pero ¿qué se han creído? Esclavos y servidores de Satanás".

No, no se puede implantar un chip

Desde el punto vista sanitario, introducir un chip en una vacuna es "prácticamente imposible" por los controles sanitarios y legales que debe superar hasta ser administrada a la población, ha explicado a EFE el doctor Amós José García Rojas, jefe de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario y presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

La preparación de una vacuna es "un proceso extremadamente riguroso y complejo", ya que, a diferencia de otros fármacos, su objetivo no es reparar daños, sino prevenirlos, advierte García Rojas, e insiste en que sería prácticamente imposible introducir un dispositivo electrónico "porque las vacunas son supervisadas y controladas por organismos internacionales".

El presidente de la AEV recalca que actualmente hay más de un centenar de estudios clínicos con posibles candidatos a vacunas contra el SARS-CoV-2, el virus responsable de la Covid-19, y cada uno de estos proyectos vacunales, antes de su comercialización, debe ser evaluado en tres fases, la primera de ellas centrada en si puede tener efectos adversos.

Y la primera fase de evaluación ¿qué supone? Pues "si hay algún efecto secundario no admisible, incluso antes de ponernos a pensar si la vacuna protege o si es eficiente, ya no pasa a la siguiente fase". Así lo explica a EFE la doctora María Montoya, jefa del grupo de Inmunología Viral del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).

Que una vacuna supere esta "fase I" requiere una evaluación de la autoridad estatal correspondiente, en España la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), y a nivel comunitario la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), que son las que autorizan los resultados y permiten superar ese filtro.

Producir una vacuna es por tanto un proceso "largo y complejo", que puede llegar a durar hasta una década, si bien la investigadora del CSIC puntualiza que, en el caso de la Covid-19, se está intentando "acortar plazos".

Acortar plazos no relaja el control sanitario

Esta experta aclara que en algunos casos puede haber un solapamiento de las fases II (que evalúa su eficacia y la dosis adecuada) y III (centrada en la eficacia y seguridad para las condiciones de uso habituales), pero previamente las vacunas han tenido que probar su seguridad en la fase I.

Lo que ocurre es que en algunas vacunas que se consideran prometedoras se está optando por realizar en paralelo las fases II y III con el objetivo de empezar la fabricación cuando se apruebe la vacuna por completo, aunque sea a costa de asumir el riesgo de perder la inversión si la vacuna no supera finalmente las dos fases.

Es tecnológicamente inviable

¿Sería posible idear un dispositivo tan pequeño que pudiera inocularse dentro de una vacuna? A día de hoy, es imposible, según el especialista en tecnología sanitaria Juanjo Tara, cofundador de la empresa DSruptive, que ha creado un implante subcutáneo con tecnología NFC para pagar determinados servicios y controlar algunas constantes sanitarias.

"La unidad mínima de computación, que es un transistor, tiene un tamaño de 7 nanómetros, pero para hacer algo que pueda rastrearte necesitamos miles de transistores juntos; ya sería demasiado grande y necesitaría una antena, sería algo que podrías tocar" explica a EFE este experto. Con ese tamaño, no podría ser inoculado dentro de una vacuna.

Y, "mirando las publicaciones científicas, estamos a años luz de que se puedan crear antenas de este tamaño para las redes 5G", agrega Juanjo Tara, en referencia a la nueva generación de telecomunicaciones que suele aparecer mencionada en este tipo de mensajes virales.

Bill Gates

En cuanto a Bill Gates, él mismo negó expresamente esta acusación sobre el "chip obligatorio" el pasado 4 de junio, en una teleconferencia con varios medios estadounidenses con motivo de una donación de su fundación a la Alianza Mundial por las Vacunas (GAVI). "Nunca he estado involucrado con ningún tipo de microchip. Es incluso difícil desmentir estas cosas, porque es tan estúpido y extraño que repetirlo parece que le dé credibilidad", argumentó.

No es la primera vez que el filántropo y empresario cofundador de Microsoft aparece señalado por teorías conspirativas como responsable, inductor, cómplice o beneficiario de oscuras operaciones en relación con el coronavirus.

Miguel Bosé

Así ocurrió ya en enero, cuando se empezó a propagar la epidemia de Wuhan. Y entre las acusaciones más recientes figura la del cantante Miguel Bosé, quien aseguraba que la fundación de Gates es propietario de una farmacéutica especializada en vacunas fallidas con víctimas alrededor del mundo que habría sido denunciada en India y Kenia.

La realidad es muy distinta: Bosé se refiere a GAVI, que no es una empresa farmacéutica, sino una alianza público-privada para promover la vacunación de la que forman parte dos organizaciones de Naciones Unidas, que no es propiedad de la Fundación Bill & Melinda Gates y con la que además colaboran tanto India como Kenia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios