Diario de una puesta a punto
Empieza un plan de ocho semanas para conseguir mejorar la salud con deporte
Querido diario: Poco tiempo libre. Estrés. Muchas horas sentada frente a un ordenador. Estrés. Ritmo frenético cada día igual a más estrés. Entrar en ese peligroso círculo en el que el cansancio mental termina por vencer al físico a la hora de hacer deporte es lo que he pretendido evitar cada día desde hace meses. Pero al final no me queda más remedio que reconocerlo, no he podido evitar caer en las tentadores redes del sedentarismo. Lo siento, soy humana. El problema es que, mientras que mi cuerpo se ha ido acomodando a su nueva situación de inmovilismo, mi cerebro cada día se parece más a una olla a presión a punto de estallar. Duermo mal, me levanto cansada, me duele la espalda hasta tumbada, las piernas se me hinchan, mi tono muscular es lo más parecido a un chicle y, lo que es peor, tengo un humor de perros un día sí y otro también. Definitivamente, la falta de ejercicio físico me está volviendo loca.
Esta semana he decidido salir de esa viciosa rueda en la que no paraba de dar vueltas como un hámster descontrolado. Es cuestión de salud y si de paso me preparo para la tan seguida en estas fechas operación bikini, mejor que mejor. En las próximas ocho semanas me pondré en manos de los profesionales del O2 Centro Wellness El Perchel de Málaga, por ser especialistas en salud y deporte. Su misión darle la vuelta a la lamentable situación de la que parto. Y no lo digo yo, sino el resultado de la valoración que me han realizado en los últimos días para conocer mi estado real. Nada halagüeño.
Poca masa muscular y grasa mal acumulada donde no debe y que tanto nos molesta a las mujeres. Los porcentajes mejor me los reservo. La entrenadora personal que me ha asignado el centro, Macarena Aragón, no ha perdido ni un segundo y ya ha puesto a trabajar mi musculatura para que mi metabolismo se active haciendo que en reposo queme más calorías. Ella me da esperanzas. "Esto tiene remedio", me dijo entre risas, y yo me la creo. La lista de puntos a trabajar es interminable. Mejor ni pensarlo. La fuerza del tronco superior es baja y tendré que potenciar brazos, zona abdominal y lumbar. También el tronco inferior necesita trabajar para corregir las molestias en la espalda y la zona lumbar, así como fortalecer las caderas. Flexibilidad escasa y así un largo etcétera.
Pero además de la cantidad de músculos que tiene el cuerpo humano, si hay algo que he aprendido esta semana es que machacarte en un gimnasio por tu cuenta sin asesorarte sobre tus dolencias o las limitaciones de tu cuerpo es una verdadera locura y un mal hábito que puede derivar, como diría el dicho, en que el remedio termine siendo peor que la enfermedad.
Ni todos los ejercicios le vienen bien a todo el mundo ni todos tienen la misma efectividad en según qué casos. El fisioterapeuta del centro O2 Wellness, Miguel González, que también se encargará de mi puesta a punto en las próximas semanas, me lo dejó claro desde el principio: "El error más común es iniciar la actividad física para adelgazar sin tener en cuenta los problemas estructurales de cada uno. Lo primero es tratar de equilibrar tu cuerpo para prepararlo para el ejercicio y partir de la mejor base posible para que tu organismo responda correctamente. En mi caso, ha habido que arreglar algunos desajustes. Demasiada tensión en espalda, cráneo y musculatura por culpa del estrés, las malas posturas frente al ordenador y, no nos engañemos, también las taras estructurales que ya traía de fábrica, como mi columna.
Empieza el plan y tengo que decir que estoy motivada. Mayor desgaste físico ayuda a regular el organismo y a dormir mejor, tener mejor circulación sanguínea, estimula el sistema inmunológico y te ayuda a ser más feliz. Me agarro a esas ventajas para afrontar las próximas semanas. Para ver los resultados aún habrá que esperar, pero todo es empezar.
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