Sociedad

La FAO advierte que el impacto del cambio climático en la pesca amenaza a la seguridad alimentaria

  • El sector pesquero supone el principal medio de subsistencia para "cientos de millones de personas" en el mundo

La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) ha advertido que las variaciones en la temperatura causadas por el cambio climático tendrán un "fuerte impacto" en la pesca y la acuicultura, con importantes consecuencias para la seguridad alimentaria de algunas poblaciones. Según la organización, el sector pesquero supone el principal medio de subsistencia para "cientos de millones de personas" en el mundo.

Según la FAO, la pesca de captura salvaje es muy diferente a otros sistemas productivos alimentarios en sus vínculos y respuestas al cambio climático y en las consecuencias sobre la seguridad alimentaria. A diferencia de la mayoría de los animales terrestres, las especies acuáticas empleadas para el consumo humano son poiquilotérmicas, es decir, sus temperaturas corporales varían en función de la temperatura ambiente.

Por ello, cualquier cambio en la temperatura de su hábitat influye notablemente en su metabolismo, tasa de crecimiento, productividad, reproducción estacional y sensibilidad a enfermedades y toxinas. En estas circunstancias, según la FAO, aunque existen grandes diferencias regionales es probable que el mundo asista a cambios significativos en la producción pesquera en mares y océanos.

Para las comunidades que dependen en gran medida de la pesca, cualquier disminución de la disponibilidad local o de la calidad del pescado para alimentación o cualquier aumento de la inestabilidad de sus medios de vida puede plantearles problemas "muy graves", advirtió la FAO. Asimismo, las comunidades pesqueras situadas en latitudes altas y aquellas que dependen de sistemas susceptibles al cambio climático --como surgencias o arrecifes de coral--, estarán muy expuestas a los impactos relacionados con el clima.

Además, las comunidades pesqueras ubicadas en deltas, atolones de coral y costas dominadas por el hielo serán especialmente vulnerables al ascenso del nivel del mar y otros riesgos relacionados como inundaciones, intrusión salina y erosión costera. Aparte, los países con una capacidad limitada para adaptarse a los cambios, incluso encontrándose en zonas de bajo riesgo, también son vulnerables.

Tanto a nivel local como mundial, la pesca y la acuicultura desempañan un papel importante a la hora de proporcionar alimentos y generar ingresos, recordó el organismo. Cerca de 42 millones de personas trabajan directamente en el sector, la gran mayoría en países en desarrollo. Si sumamos aquellos que trabajan en las industrias asociadas del procesado, mercadeo, distribución y suministro, el sector supone el medio de subsistencia para varios cientos de millones de personas. Los alimentos acuáticos tienen una elevada calidad nutricional y contribuyen con un 20 por ciento o más al consumo medio per cápita de proteínas animales de más de 2.800 millones de personas, fundamentalmente en los países en vías de desarrollo.

Además, el pescado es el producto alimentario mundial más comercializado y una fuente de ingresos clave en las exportaciones de los países más pobres. El sector tiene especial importancia para los pequeños Estados insulares. La voz de alerta de la organización coincidió con la celebración del simposio científico sobre el cambio climático y la pesca marina que tiene lugar en su sede central en Roma desde el pasado martes y que concluirá mañana. El evento, que cuenta con la participación de más de 200 expertos y responsables de políticas pesqueras de todo el mundo, aspira a trazar un cuadro más detallado de los desafíos que el cambio climático plantea a la pesca marina y a los millones de personas que dependen de ella para sus ingresos y alimentación.

Según la FAO, en las aguas marinas, los procesos climáticos y los eventos meteorológicos extremos aumentarán en los próximos años en frecuencia e intensidad. El más conocido de todos ellos es el fenómeno de 'El Niño', en el sur del Pacifico. Es probable que el actual calentamiento de los océanos mundiales continúe, pero con diferencias geográficas y cierta variabilidad cada diez años. El calentamiento es mas intenso en las aguas superficiales pero no sólo se limita a éstas. El Atlántico muestra señales claras del calentamiento en aguas profundas.

Ya se han observado cambios en la distribución de los peces en respuesta a las variaciones climáticas, según la FAO. Por lo general, lo que se aprecia es una expansión hacia los polos de las especies de aguas más cálidas y una contracción alrededor de los polos de las especies de aguas más frías. Asimismo, se están produciendo cambios en la salinidad de los océanos y los mares se están volviendo más ácidos, con probables consecuencias negativas para muchos arrecifes de coral y organismos relacionados con el calcio, señaló la agencia de la ONU.

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