Sociedad

El Papa insta a los sicilianos a que no tengan miedo a la mafia

  • En su primera visita a la región italiana, Benedicto XVI se dirige a las víctimas del "sufrimiento físico y moral causado por el crimen organizado".

Benedicto XVI pidió a los sicilianos, durante su primera visita papal a Sicilia, que "no tengan miedo de testimoniar los valores humanos y cristianos" ante la situación de precariedad, la falta de trabajo y el crimen organizado que azotan esa región italiana. Ante unas 30.000 personas que se reunieron en la explanada del Foro Itálico de Palermo, el Papa celebró una misa y dedicó palabras de aliento a los sicilianos.

"Sé que en Palermo, como en toda Sicilia, no faltan dificultades, problemas y preocupaciones, pienso en los que viven en condiciones de precariedad, a causa de la falta de trabajo, de la incertidumbre por el futuro y del sufrimiento físico y moral a causa del crimen organizado", explicó. A ellos, el Papa les mostró su "cercanía" y les instó "a no tener miedo de testimoniar con claridad los valores humanos y cristianos tan profundamente radicados en la fe y en la historia de este territorio y de su población".

El Pontífice invitó a los palermitanos y a los sicilianos en general "a adherirse a la fe de manera generosa, incluso en medio de las dificultades y de las persecuciones". "No os avergoncéis", les exhortó, tras añadir que quien se tiene que avergonzar es quien "hace el mal a la comunidad civil y religiosa con acciones que no salen a la luz". El Papa agregó: "La tentación del rendirse y de la resignación, viene a quien es débil en la fe, a quien confunde el mal con el bien a quien piensa que ante el mal, a menudo profundo, no hay nada que hacer". Para el Papa, "quien es saldo en la fe, quien tiene confianza en Dios y vive en la Iglesia es capaz de llevar la fuerza del Evangelio", continuó y puso como ejemplo al cura Pino Puglisi, asesinado por la mafia en 15 de septiembre de 1993. Benedicto XVI continuará su visita a Palermo con un encuentro en la catedral de la ciudad con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas. Después encontrará a unos 20.000 jóvenes en la Plaza Politeama, donde se espera que vuelva a pronunciar palabras de aliento ante los problemas de la región.

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