Madeleine McCann podría haber sido secuestrada por una banda pedófila radicada en Bélgica, según figura en la hasta ahora información clasificada de la Policía portuguesa sobre la desaparición de la niña el 3 de mayo de 2007 de la habitación en la que dormía junto a sus hermanos en la localidad de Praia da Luz, en el Algarve, mientras sus padres cenaban en un restaurante próximo.

La difusión del informe de más de 20.000 páginas a la que dio lugar el archivo del caso por orden de la Fiscalía lusa ha abierto nuevas líneas en torno a la suerte de Madeleine.

Los documentos de los investigadores portugueses -de los que se hacían eco ayer los medios británicos- revelan que un informador se puso en contacto con Scotland Yard en marzo de este año para dar cuenta de las imágenes que habían sido captadas de la niña en Portugal jornadas antes de su desaparición. A continuación, los oficiales británicos pasaron los datos a los responsables lusos, si bien la transmisión no tuvo lugar hasta el 21 de abril.

La pista se trasladó en un correo electrónico de la viceunidad de Inteligencia de la Policía Metropolitana de Reino Unido que recogía indicios que "sugieren que una organización pedófila de Bélgica realizó una orden por una niña pequeña tres días antes de que se llevasen a Madeleine McCann". Al respecto, mantenía que "alguien conectado a ese grupo vio a Maddie, le sacó una fotografía y la envió a Bélgica", tras lo que "el comprador estuvo de acuerdo en que la niña era adecuada y Maddie fue raptada".

La información fue cotejada por los detectives lusos con la Interpol, que reunió información en las propias islas, en Bélgica, Finlandia y Alemania. Sin embargo, finalmente, el jefe de la investigación, Paulo Rebelo, concluyó que la prueba "carecía de credibilidad" y ordenó archivar el expediente promovido a partir de una fuente emisora anónima y con una "confiabilidad poco clara".