El Saloufest, una iniciativa ideada por un operador turístico inglés para combinar deporte -por la mañana- y ocio -por la noche- y que ha reunido estos días en Salou a casi 5.000 universitarios británicos, divide a los habitantes de esta localidad turística de la costa tarraconense. Mientras unos consideran que es una iniciativa acertada para atraer turistas y llenar hoteles en época de crisis económica, otros lamentan que se opte por lo que califican de "turismo de borrachera".

Por la mañana no se veían estudiantes británicos por las calles porque por la noche, desde las 23:30 y hasta altas horas de la madrugada, la discoteca Pachá les obsequió con una fiesta privada. Cuando acabaron, ya casi al alba, se dirigieron hacia sus hoteles. Playa Park, Calypso, Los Ángeles o Margarita son algunos de los establecimientos de Salou que más estudiantes acogen en esta primera tanda del Saloufest, que empezó el domingo y termina este jueves.

El miércoles tenían el día libre para visitar Barcelona o PortAventura, según les pareciera, aunque la mayoría probablemente estaban en su hotel durmiendo la mona, igual que han hecho estos dos días anteriores muchos de ellos al llegar al pabellón del Reus Ploms: se estiraban en las gradas a pasar la resaca de la mejor manera posible y a echar un sueñecito reparador.

Las opiniones al respecto son para todos los gustos. Así, el director del hotel Playa Park, Jaume Orteu, ocupado en exclusiva por los británicos, explica que obviamente puede haber algún problema porque "siempre hay algún cafre" entre tanta gente, pero niega que los problemas sean superiores a los que padecen el resto del año. "Al contrario", categoriza. Los más enfadados son los vecinos de las calles Carles Buïgues, Zaragoza y avenida Andorra, algunos de los cuales se quejan de llevar tres noches casi en vela. Y no son hooligans, no llegan a los 25 años, son universitarios y han venido a Salou a combinar deporte y ocio. Pero el ocio les puede y aprovechan para salir de marcha, beber, apurar la noche y cantar, sobre todo, cantar. La primera noche, cinco británicos fueron llevados al hospital con intoxicaciones etílicas considerables, y otros tres fueron atendidos por llevar un pedal considerable -y un noveno, por convulsiones derivadas de los excesos-.

"Parece que la gente se sorprenda y no sepa qué es Salou. Siempre ha sido así", comenta una vecina, Marin, mientras que otra habitual de la noche de Salou, Marta, apunta que "4.000 ingleses por fuerza tienen que hacer ruido. Eso ya se sabe. Quien quiera tranquilidad, que se vaya a Cambrils".

El jueves, la primera tanda del noveno Saloufest ya será historia. Y será el día en que el Ayuntamiento de Salou y la Asociación Hotelera Salou-Cambrils-La Pineda hagan balance de la experiencia. Mientras ha durado no han querido expresar su opinión, más allá de lo que dijo la presidenta de los hoteleros de la zona, Eugènia Arbó, que la calificó de "acontecimiento normal que no ha comportado nunca problemas". Del 6 al 10 de abril, 4.000 estudiantes británicos más demostrarán la posible convivencia, en Salou, del deporte con el orden y el ocio, sin llegar obviamente a lo que anuncia la web del operador Ilovetour, que promete "un pub. Una discoteca. Otra discoteca. Un concurso de voces a las cuatro de la madrugada que se convierte en un revolcón".