Sociedad

El Vaticano acusa a las multinacionales de apropiarse de los recursos de África

  • El Pontífice subraya asimismo que algunos dirigentes políticos son insensibles hacia las necesidades del pueblo sólo persiguen intereses personales despreciando el bien común

El Vaticano ha acusado a las multinacionales de "invadir" gradualmente el continente africano para apropiarse de los recursos naturales con la complicidad de los dirigentes locales, de los que dice obstaculizan la democratización de sus países. 

Así se señala en el "Instrumentum Laboris" (documento de preparación) del II Sínodo de Obispos para África, que se celebrará del 4 al 25 de octubre en el Vaticano y debatirá sobre "La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz". 

El documento fue entregado por el Papa en Yaundé a los presidentes de las 36 conferencias episcopales africanas, la primera vez que un Pontífice viaja hasta el continente en cuestión para entregar a los prelados el texto que servirá de línea al sínodo. 

El texto, de 56 páginas, está dividido en cuatro capítulos: la situación actual de la Iglesia en África, la urgencia de reconciliación, justicia y paz en el continente negro, la misión de la Iglesia y reflexión sobre los cristianos comprometidos en todos los campos de la sociedad. 

El texto señala que la emancipación de los pueblos de los regímenes dictatoriales anuncia una nueva era y el comienzo de una "tímida cultura democrática", pero que el camino es largo debido a que el egoísmo, las ganancias fáciles, la corrupción y la avaricia puede desestabilizar al continente africano. 

"En connivencia con hombres y mujeres del continente africano, fuerzas internacionales se aprovechan de esta miseria del corazón humano. Se fomentan las guerras con la venta de armas y se apoyan a políticos irrespetuosos con los derechos humanos y los principios democráticos para lograr ventajas económicas. Así se desestabilizan a las naciones y elimina a los que quieren tutelarlas", señala. 

El Vaticano subraya en el texto que algunos dirigentes políticos son insensibles hacia las necesidades del pueblo sólo persiguen intereses personales despreciando el bien común, "pierden el sentido democrático, elaboran políticas sectarias, clientelistas, etnocentristas e incitan a la división para poder reinar". 

En algunos países, subraya, el partido en el poder tiende a identificarse con el estado. 

Tras resaltar que en África falta un mercado interno que podría crear un ambiente económico favorable, destaca el paro laboral en las ciudades, la degradación social, la alta tasa de criminalidad y la cada vez más amplia separación entre ricos y pobres. 

Sobre la presencia de las multinacionales, el Vaticano señala que éstas "continúan a invadir gradualmente el continente para apropiarse de sus recursos naturales". 

"Aplastando a las compañías locales, compran miles de hectáreas expropiando a las poblaciones de sus tierras con la complicidad de dirigentes africanos. Además, dañan el ambiente y arruinan la naturaleza, que inspira nuestra paz y nuestro bienestar y con la que las poblaciones viven en armonía", señala el texto. 

El documento también trata sobre la familia y señala la lucha "contra comportamientos que están en contradicción con el plan divino sobre la misma, como por ejemplo la homosexualidad, la prostitución y el aborto". 

Añade que el "relajamiento moral", la corrupción y el materialismo destruyen al matrimonio "auténtico" y la noción de la familia "sana", por lo que hacen falta políticas de ayuda a la institución básica de la sociedad. 

Sobre las mujeres, numerosas iglesias africanas señalan que la dignidad de la fémina debe ser "promovida" tanto dentro de la Iglesia como en la sociedad. 

A este respecto añade que hay que "vigilar" la brujería de la cultura africana, "que destroza la sociedad de los pueblos y de las ciudades y en nombre de una cultura o tradición la mujer es la víctima en materias de herencias y de ritos tradicionales de viudedad, mutilación sexual, matrimonio forzado o poligamia". 

En un continente donde uno de cada tres africanos es musulmán, el texto habla de la necesidad de diálogo con el islam y tras señalar que en algunos lugares la convivencia es buena, en otros la "desconfianza" de ambas parte impide un diálogo sereno. 

"La intolerancia, además, de ciertos grupos islámicos genera hostilidad y alimenta prejuicios. No ayudan las posiciones doctrinales de algunas corrientes sobre la Yihad", precisa el texto. 

Resalta el diálogo ecuménico y sobre las religiones tradicionales africanas aboga por tomar los "elementos buenos y nobles" que el cristianismo puede adoptar, "purificando lo incompatible con el Evangelio, a fin de forjar una cultura de reconciliación, justicia y paz". 

El texto también habla del sida y en la misma línea expresada por el Papa propone programas de formación para luchar con esta enfermedad cuyo virus afecta a 27 millones de africanos. 

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