Una veintena de personas con párkinson se convirtieron ayer, en el Día Mundial de esta enfermedad, en bailarines por un día del Ballet Nacional de España para olvidar la enfermedad y ayudar a frenar sus efectos a través de la danza. Esta acción se desarrolló gracias a la colaboración del Ballet Nacional con el proyecto Danza para el párkinson de Danza-T: Red de Trabajadores de la Danza, por el cual afectados por esta enfermedad reciben clases de danza una vez a la semana. Inma Salomón, bailarina del Ballet Nacional y profesora de personas con párkinson, asegura que si bien la danza no cura la enfermedad, sí ayuda a frenarla. "No tanto mejorar, pero sí palia los efectos y hace que no avance tan rápido", explica. En concreto, señala que la danza ayuda a mejorar su movilidad y, sobre todo, a "olvidar durante una hora que tienen la enfermedad".
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