El confinamiento sirvió para revertir la situación de contagios producidos por la expansión de la pandemia del coronavirus. Entre algunos de los beneficios que conllevó, ahora un nuevo estudio desarrollado por ISGlobal, centro perteneciente a la Fundación La Caixa, junto al Barcelona Supercomputing Center se encuentra la mejora que durante este encierro provocó en la calidad del aire. Esta renovación durante la primera ola del Covid evitó aproximadamente hasta 150 muertes prematuras en las provincias españolas. 

Estudio sin precedentes en nuestro país

En el estudio publicado en la revista Enviromental Pollution, se han analizado por primera vez los cambios en los niveles de contaminación atmosférica en las 47 capitales de la geografía española. Se analizan de manera específica y pionera cómo el dióxido de nitrógeno y de ozoño bajaron sus niveles entre marzo y junio de 2020, las fechas del confinamiento de la primera ola. De este modo, el impacto que tuvieron esta reducción se tradujo en una bajada de la mortalidad.

La investigación surge a raíz de diversos estudios que ya estimaban que la mejora de aire en los confinamientos de China y Europa habrían traído consigo una reducción de la mortalidad. Así, tomando por estudio las 47 provincias españolas se ha conseguido demostrar que esta reducción se estima en 150 muertes prematuras evitadas. 

El primer autor del estudio de ISGlobal e investigador del Centro de Estudios Demográficos, CED, Hicham Achebak, destaca las bases de estudio: “Hemos tenido en cuenta la influencia de los factores meteorológicos al cuantificar el efecto del confinamiento en los niveles de calidad del aire, a través de técnicas de aprendizaje automático (...) para estimar los cambios en la mortalidad, el estudio se basa en un modelo epidemiológico que ha sido ajustado específicamente en cada una de las capitales de provincia con datos históricos de salud y contaminación atmosférica".

Los niveles de dióxido de nitrógeno se redujeron durante el confinamiento en un 56 %. Durante las fases de desescalada este número bajó al 36 %. Por su parte, el ozono experimentó una bajada del 1.1 % en el confinamiento y del 0.6 % en las desescaladas. En cuanto a las muertes evitadas, Hervé Petetin, investigador del BSC-CNS ha querido explicarlo del siguiente modo: "reducciones sin precedentes en las concentraciones de NO2, especialmente cuando se aplicaron las medidas más estrictas para reducir la transmisión del virus, llegando hasta un 65% en algunas de las ciudades estudiadas".

La importancia de estos resultados demuestran, según los especialistas, el papel tan importante que juega en nuestra salud evitar y reducir la contaminación atmosférica. Los grandes beneficios para el ser humano se han demostrado incluso a corto plazo, pero se estima que si se consiguiera reducir de manera permanente las emisiones estos beneficios serían mayores.