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La doble vida del agua en Andalucía

  • La industria de la región, una de las que más agua consume de España, cada vez más comprometida con la reutilización

El agua es un recurso esencial para la vida, probablemente el más importante, pero también es deficitario.

El agua es un recurso esencial para la vida, probablemente el más importante, pero también es deficitario.

El agua es, según la ONU, el epicentro del desarrollo sostenible. Fundamental para el desarrollo socioeconómico, para la energía y la producción de alimentos, los ecosistemas saludables y para la supervivencia misma de los seres humanos, es también un derecho. A medida que crece la población mundial se produce una mayor demanda de recursos hídricos que deben satisfacerse: saneamiento, agua potable para beber, agua para riegos o para uso industrial son vitales para la salud y la productividad económica de las poblaciones. Pero ese es el problema: el agua no sobra. Según los datos del Instituto de Recursos Mundiales, España está entre los primeros países en el ranking mundial de territorios con mayor estrés hídrico. El Ministerio de Medio Ambiente hablaba ya en 2017 de una serie de escenarios en los que se iba a encontrar el país en el futuro cercano, con una reducción de la pluviometría de entre un 14 y un 24%, un incremento de las temperaturas de entre 1,5 y 4 grados y una reducción del agua que circula por nuestros ríos de entre el 8 y el 28 por ciento. El año hidrológico 2019 fue el cuarto más seco de toda la serie histórica y, sin embargo, fue cuando se produjeron las lluvias más torrenciales que se han visto en decenios.

No hay duda de que es el recurso más preciado del planeta. Tal y como señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sólo el 0,003% del agua del mundo es dulce, es decir, es agua que se puede beber y utilizar para la higiene, la agricultura y la industria. Las presiones sobre el consumo de agua proceden de múltiples actividades humanas y, sobre todo, de una gestión inadecuada en la agricultura y la actividad industrial, que contribuyen a la disminución y contaminación de nuestros ríos y lagos, y daña nuestros ecosistemas y comunidades. Pero también es cierto que en España existe una conciencia clara sobre el problema y que es precisamente en esas actividades, la agricultura y la industria, donde se está apreciando un compromiso cada vez mayor por darle al agua una nueva vida mediante la reutilización. Las aguas residuales, tanto de uso humano como industriales, una vez que han pasado por las diferentes fases del proceso de depuración, son mayormente vertidas al medio natural. Sin embargo, cada vez es más habitual su reutilización y todo apunta a que en el futuro el agua regenerada será utilizada cada vez más.

Por comunidades autónomas, Andalucía lidera el ranking en lo que a consumo de agua para usos económicos se refiere. Es la región que más agua utiliza para usos industriales (98.120 m3, lo que supone más del 15% del total), seguida de Cataluña (85.764 m3, lo que se traduce en el 13,6%) y Madrid (77.304 m3, lo que significa el 12,2%). Las tres comunidades autónomas consumen cerca del 41% del total de agua para usos económicos en España. Andalucía no es la región que más agua reutiliza (de hecho, está muy por debajo de otras comunidades como Murcia) pero sí es cierto que hay ejemplos brillantes de compromiso por una gestión responsable e innovadora de este recurso esencial.

Endesa, que cuenta con un total de 48 instalaciones hidroelectricas en Andalucía, devuelve al medio, en condiciones adecuadas para su reutilización, el 99% del agua captada para el uso de sus instalaciones. Por undécimo año consecutivo, la compañía ha participado en CDP Water Disclosure. Esta iniciativa requiere a las compañías que reporten y reduzcan sus impactos ambientales en relación a la gestión de recursos hídricos, y lo hace de acuerdo a los requerimientos de inversores institucionales y empresas con gran capacidad de compra. En 2020 alcanzó un nivel de ‘Leadership’ con una calificación de A, la máxima puntuación en gestión de recursos hídricos.

Otro ejemplo paradigmático es el proyecto de la planta de reutilización de agua en la Refinería de Gibraltar-San Roque de Cepsa, que tiene previsto reducir el volumen de agua captada por la refinería en un 20%. Esta planta de reutilización permitirá, por un lado, aprovechar los recursos naturales captados por la refinería, y, por otro, fomentar una operación industrial más respetuosa con el medio ambiente. Cepsa, que está construyendo esta nueva Planta de reutilización, incorporará un sistema de ósmosis inversa que le permite depurar el agua alcanzando una calidad tan elevada que hace que el volumen de agua recuperado sea apto para su reutilización en otro proceso industrial intenso en agua, como son las torres de refrigeración. La compañía prevé exportar a otras plantas industriales la solución que se ensaya en la de San Roque.

Sin duda uno de los proyectos más interesantes e innovadores que se están llevando a cabo la industria andaluza es el RED_SCOPE (Recovery of Effluent Discharge for Sustainable Copper Processing in Europe), que, financiado por la iniciativa europea EIT Raw Materials, tiene como alcance analizar la viabilidad técnica y económica de un nuevo proceso para maximizar la recuperación de las aguas de proceso de una fundición de cobre. Liderado por Atlantic Copper, el proyecto cuenta con la coordinación técnica de Suez, encargada de la definición y diseño de la línea de proceso, a su vez apoyada por CETAQUA, Centro Tecnológico del Agua, y el Instituto Sueco de Investigación Ambiental (IVL) encargado de la caracterización y estudio de la posible valorización del residuo que se genere en el nuevo proceso. Como parte del proyecto, se diseñó un prototipo de filtración avanzada complementado con diversas tecnologías de ósmosis inversa que permitan recuperar la mayor parte del agua (alrededor de un 90%). Esta agua, de calidad adecuada para ser usada como agua de proceso, será enviada de vuelta a la fábrica, reduciendo el consumo de agua fresca y, por tanto, la Huella Hídrica. La corriente líquida no reutilizada se enviará a un evaporador para obtener un residuo seco, en forma de cristales salinos, que también se pretende valorizar. El proyecto comenzó en 2017 con los estudios de pre-viabilidad y pruebas de laboratorio. En 2018 se realizó el diseño de la planta piloto, se instalaron las distintas tecnologías y se realizaron las pruebas piloto durante 5 meses. Ahora está previsto el estudio de implementación y la validación final del proyecto.

Coca Cola y Heineken

También la industria alimentaria está asumiendo un papel paradigmático en la gestión eficiente del agua en Andalucía. Coca-Cola, que cuenta en Sevilla con una de sus fábricas más importantes de Europa (produce el 25% del consumo español), lleva años comprometida con la protección de los recursos hídricos. Y es que el agua es el ingrediente principal de sus bebidas. Así, no solo trabaja para proteger las fuentes de agua que utiliza, sino también para reducir su consumo en la fabricación de sus productos y para devolver a la naturaleza el agua que contienen sus bebidas a través de diversos proyectos en zonas de gran valor ecológico.

Lo primero que hace Coca-Cola antes de construir una fábrica es evaluar el estado de los recursos hídricos del territorio en el que se pretende instalar. En ese análisis se valora la cantidad y la calidad del agua, así como los posibles riesgos derivados de fenómenos meteorológicos extremos o desastres naturales, siguiendo una metodología propia. Identificadas las vulnerabilidades, se elabora un plan específico de protección de esas fuentes de agua. El objetivo es garantizar su disponibilidad para las comunidades locales y asegurar la viabilidad de la planta.

Aproximadamente el 90% de una Coca-Cola es agua, además de la que se utiliza agua en el proceso de fabricación. En 2010, la compañía empleaba 2,17 litros de agua por cada litro de bebida que fabricaba, incluida el agua contenida en la botella. Hoy, se ha reducido ese ratio a 1,83 litros. El objetivo ahora es mejorar la eficiencia en el uso del agua en un 25% con respecto al dato de 2010.

El agua es también un recurso indispensable para la empresa Heineken, ya que supone el 95% del contenido de las cervezas que elabora. Conscientes de que se trata de un recurso especialmente crítico en el país, y por supuesto en Andalucía, Heineken España asumió el compromiso de reducir su huella hídrica a través del programa de gestión integral del agua ‘Every Drop’, que le ha permitido reducir su consumo de agua en fábricas un 27%. Pero, además, Heineken ha puesto en marcha el programa ‘Water Balancing’ con el objetivo de alcanzar el balance hídrico neutro y devolver a su origen toda el agua que utiliza en la elaboración de sus cervezas. En este marco, la cervecera ha puesto en marcha una serie de proyectos en su entorno más inmediato: las cuencas de los ríos que nutren a sus cuatro fábricas en España (dos de ellas, las de Sevilla y Jaén, en Andalucía): la del Guadalquivir y Olivo.