Sociedad

La educación, ¿el antídoto contra la corrupción?

  • Profesores, padres y psicopedagogos resaltan que comparten la preocupación de toda la sociedad hacia la corrupción y apuestan por combatir esa lacra desde la educación.

En un momento en que los casos de corrupción afloran sin parar en España, las reflexiones sobre cómo evitar esos comportamientos parecen girar, como ocurre en otras ocasiones, hacia la educación, la mejor herramienta para inculcar desde la edad temprana valores como la honradez y el esfuerzo. Profesores, padres y psicopedagogos resaltaron que comparten la preocupación de toda la sociedad hacia la corrupción y que apuestan por el antídoto de la educación contra esa lacra.

Hace falta "más educación y menos corrupción", resume el presidente del sindicato de docentes ANPE, Nicolás Fernández. "El problema de la corrupción es muy grave y la educación es la base misma para el cambio, el progreso y el desarrollo", según Fernández, que cree que es obligación de los docentes mandar el mensaje de la importancia de educar en valores. El psicopedagogo y portavoz de Profesionales por la Ética, Ramón Novella, considera que en las últimas décadas el sistema educativo y la opinión pública en general "han menospreciado y tachado de moralistas ciertas prácticas y virtudes clásicas como la honradez, la laboriosidad, el respeto, la lealtad y el servicio desinteresado a la comunidad".

Opina que ha llegado la hora de hacer examen de conciencia colectivo y volver a practicar virtudes sobre las que se sustenta la convivencia humana. Así, propone que los adultos den ejemplo a los niños en cosas pequeñas como es evitar las trampas en los juegos o el espíritu materialista de acumular cosas innecesarias.

Pero se corre el riesgo de creer que en los colegios "se va a arreglar todo", sostiene el secretario general de la Enseñanza de CCOO, Francisco García, que subraya la importancia de educar en unos valores generales de los que no se apropien un partido u otro en sus distintas reformas educativas. La corrupción demuestra "falta de compromiso democrático y ética cívica", continúa García, a quien le preocupa que el Ejecutivo deje de dedicar tiempo a los valores éticos y cívicos para darlo, por ejemplo, a la educación en emprendimiento.

Francisco García ve un paso atrás en la educación en valores la retirada de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que en la Lomce pasa a enseñar sus contenidos de forma "transversal" en todas las asignaturas y a través de Valores Sociales y Cívicos (en Primaria) o Valores Éticos (Secundaria). El currículum básico de Valores Sociales y Cívicos (alternativa obligatoria a Religión en Primaria y también optativa en las materias específicas) fija, entre otras metas, que el alumno comprenda "la importancia de la contribución de los ciudadanos a los servicios públicos y los bienes comunes a través de los impuestos".

El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), Jesús Salido, subraya que los estudiantes están como mínimo desde los 3 a los 16 años dentro del sistema educativo y durante ese tiempo se puede hacer "muchísimo" en valores. "El colegio debe enseñar algo más que matemáticas; si no queremos llamarlo valores porque da pie a interpretaciones sesgadas, llamémoslo como queramos", dice Salido, que se pregunta "qué padre se niega a que se enseñen derechos humanos o tolerancia".

La relación escuela-familia es, asimismo, recordada por el presidente del sector de Enseñanza de CSI-F, Adrián Vivas, que comenta que "de nada sirve transmitir unos valores a los chavales en el colegio y que después no aprecien su reflejo en casa". "No puede ser que los chavales vean que la sociedad frivoliza algunos comportamientos", pero tampoco se les puede "volver locos" y variar la importancia de unos valores u otros si cambian los Gobiernos, apunta Vivas.

Una forma práctica de explicar a los más pequeños lo erróneo de seguir un comportamiento corrupto puede ser a través de un cuento o de un guiñol, sugiere el psicólogo Isidro Pérez Hidalgo. La crisis, según Pérez, ha propiciado un poco la filosofía del "sálvese quien pueda", "o pisas o te pisan" y "ganar como sea" y, en cambio, hay que preparar a los hijos en todo lo contrario.

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