Sociedad

En 1.400.000 hogares españoles nadie trabaja y hay 500.000 sin ningún ingreso

  • Cáritas denuncia que hay diez millones de personas en situación de "relativa pobreza"

En España hay 1.400.000 hogares en los que ningún miembro trabaja y 500.000 que ya han agotado todos los sistemas de ayuda y no tienen ningún tipo de ingreso, denunció ayer Cáritas en la presentación de su informe correspondiente a 2010. La situación es tal que hay diez millones de personas en situación de "relativa pobreza" y otros ocho millones en situación de "exclusión", entre ellos muchos parados cuya situación de desempleo se ha vuelto crónica.

"Y los efectos de la crisis no han terminado aquí", advirtió en conferencia de prensa el secretario general de la organización asistencial, Sebastián Mora. Así, el informe revela que Cáritas atendió el año pasado a 950.000 personas que han presentado un total de 1.800.000 solicitudes de ayuda, lo que supone casi un 20% más que en 2009, y un aumento del 104% desde 2007.

De estas personas, 300.000 acudieron a la organización cristiana por primera vez en 2010 al pasar de una situación de vulnerabilidad a la pobreza, o de la integración a la vulnerabilidad por haber perdido el trabajo o consumido las ayudas oficiales.

La mayor parte de los casos atendidos (el 74%) son familias, mientras que las personas solas que pidieron ayuda supusieron el 24% de las solicitudes.

En cuanto al perfil de los demandantes, Cáritas detectó la presencia cada vez mayor de trabajadores con formación, estudios y amplia experiencia laboral.

Quienes empezaron la crisis como desempleados recientes, pasaron a ser "de larga duración", con lo que comenzó un proceso de "cronificación de la precariedad" debido al largo periodo de desempleo.

La familias jóvenes, con cónyuges de entre 20 y 40 años, y con uno o dos hijos pequeños, y los jóvenes en busca de su primer empleo son los siguientes dos grupos que más acuden a Cáritas.

También está creciendo, según la organización, el número de demandas de ayuda por parte de parados de más de 45 años y de mujeres solas con cargas familiares y problemas para conciliar la vida familiar y laboral.

El problema, según Mora, es que ante esta realidad, la Administración responde con un sistema de seguridad social que es "frágil, con grandes diferencias territoriales y que deja muchos huecos y situaciones sin resolver", planteó.

Según el informe, y salvando la "grandes diferencias" entre comunidades, la media de tiempo para concertar una primera cita de asistencia es de 26 días en los servicios sociales, y la tramitación y resolución de la ayudas se retrasa otros 65 días de media. "Son casi tres meses esperando una solución de la Administración para un caso de urgencia", lamentó Mora, quien añadió que para la concesión de una renta mínima los plazos son de uno 132 días entre la solicitud y el cobro efectivo.

En Cáritas esos plazos son de una media de 4 días para la cita inicial y de 7 para la resolución de la ayuda. Así, el 67% de las personas que acudieron a Cáritas llegan derivados desde los servicios sociales públicos que se declaran "desbordados e incapaces de atenderlos", subrayó Mora, quien precisó que, en general, el sistema público se caracteriza por ayudas "de muy baja intensidad".

Así, las prestaciones económicas son "insuficientes" y poco eficaces en las situaciones de urgencia debido a la falta de agilidad y flexibilidad del sistema.

Además, el concepto de necesidad básica" de la Administración es muy reducido y, con frecuencia no incluye demandas como alimentación, suministros, enseres o gastos sanitarios o de medicamentos.

950.000

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