A día de hoy, todo el mundo posee un teléfono móvil, y una de las herramientas con la que ya cuentan todo tipo de dispositivos es con grabadora de voz. Esta incorporación es muy útil en determinadas circunstancias, y, de hecho, cualquier estudiante se habrá visto en la necesidad de grabar una clase por incapacidad de escribir a la vez que habla el profesor. 

Sin embargo, y aunque grabar conversaciones es una práctica extendida, ¿sabemos si es legal? Como todo en la vida, esta práctica tiene matices, por lo que no se puede dar ni el sí ni el no rotundo. 

Grabaciones propias y grabaciones ajenas

Quizá uno de los aspectos más importante a la hora de determinar la legalidad de grabar una conversación es es si se trata de un diálogo propio o ajeno. 

En una grabación propia, una de las personas que graba es también una de las interlocutoras, mientras que en una grabación ajena, la persona que está grabando es un tercero que no pertenece a la conversación.

Para disipar dudas, ilp Abogados declaró: "Desde el ámbito legal, será válido grabar una conversación siempre y cuando sea una grabación propia, esto es, que quién esté grabando sea sujeto activo y partícipe de la misma. El porqué de la validez de la grabación de este tipo de conversación reside en que quien publica la conversación es la propia persona que la ha emitido, y el que resulta grabado ha accedido voluntariamente a tener ese contacto siendo responsable de las expresiones utilizadas y del contenido de la conservación".

Por el contrario, una grabación resultaría ilegal si el que graba y publica es una persona ajena a la conversación, ya que estaría "vulneran el Derecho Fundamental al secreto de las comunicaciones establecido en el artículo 18.3 de la Constitución Española", especifica ilp Abogados. 

¿Es una grabación una prueba válida en un juicio?

La aportación de una grabación en un juicio es una práctica que también tiene algunas limitaciones. Cualquier tribunal admitirá una grabación como medio de prueba siempre que cumpla una serie de requisitos, el primero de ellos que el sujeto que graba forme parte activa en la conversación.

Otros aspectos a tener en cuenta es que no exista engaño o coacción por parte del sujeto que graba, es decir, que no sea una trampa para inculpar a otra persona. También es importante tener en cuenta que la prueba será aceptada a trámite siempre y cuando la grabación se haya desarrollado en un lugar público, y que, en el caso de que se grabe en un lugar privado, la persona que graba debe tener autorización del otro interlocutor.