Probablemente te haya pasado alguna vez: te miras en el espejo y te ves radiante y atractivo. Por ello, buscas tu móvil rápidamente para poder hacerte una foto que inmortalice ese momento y que vas a comerte el mundo. Sin embargo, cuando alcanzas a cogerlo y pones la cámara delantera quedas estupefacto al verte mucho peor de lo que parecías en el espejo.

Por si te lo preguntabas: no, esto no significa que tu espejo sea mágico ni que tu móvil te odie y quiera arruinar tu autoestima. En realidad, tiene una explicación muy sencilla.

Descubre por qué te ves diferente en fotos y espejos

La evolución de la cultura mundial influenciada por el auge de redes sociales y conexiones constantes con otros usuarios e individuos nos ha llevado a necesitar hacernos fotos de nosotros mismos de manera compulsiva. Cuantas más fotos, mejor. Cualquier pequeño evento en nuestro día a día es ahora la excusa perfecta para una foto que mantenga a nuestros seguidores informados de nuestro aspecto y de nuestra intocable autoestima.

Muchos expertos en este tipo de temáticas aseguran que esta obsesión con tomarse fotos, no obstante, se debe a un impulso de compensar una autoestima baja. 

Ahora bien, más que a la autoestima, el vernos mejor en el espejo se debe a la repetición. Varios psicólogos expertos en lo social han constatado que la repetición de ciertos estímulos puede hacer que estos resulten agradables. Por ello, disfrutamos más de nuestra imagen la verla en el espejo, ya que es como más nos vemos, de frente, en el perfil que preferimos, con una mirada fija y a la altura de nuestros ojos, a corta distancia, en movimiento, con un feedback inmediato (nuestro reflejo).

Por otra parte, que en el espejo nos veamos "invertidos" al tratarse de nuestro reflejo nos aclimata a esta perspectiva, y cuando nos vemos en fotos con la perspectiva que se ve fuera del reflejo esta nos resulta aberrante y desagradable.

Además, existen otros muchos factores, como el ángulo y la distancia desde la que se toma la fotografía en cuestión, enfatizando a veces rasgos imperceptibles cuando nos miramos en el espejo que de nuevo pueden parecernos extraños. La iluminación y el enfoque de la foto también influyen.