Sociedad

Los mayores de 40 años no podrán ya registrarse como donantes de médula

  • La Organización Nacional de Trasplantes explica que hay que reorientar el sistema porque es necesaria "más calidad que cantidad"

Información, consentimiento y etiquetas para los donantes de médula.

Información, consentimiento y etiquetas para los donantes de médula. / A. Villalta

El plan de médula ósea va a tomar una nueva orientación para ser más eficaz y, para ello, será fundamental el registro de donantes, al que ya no se podrán incorporar los mayores de 40 años, pues se ha constatado que los más eficaces son los menores de esa edad, y sobre todo, por causas biológicas, los hombres.

Jorge Gayoso, médico adjunto de la Organización Nacional de Trasplantes, ha hablado sobre este nuevo objetivo del plan del que es responsable y que, según la directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, ha "cogido velocidad de crucero".

De ser 100.000 los donantes que figuraban en el registro español en 2012 han pasado a cerca de 400.000, el objetivo que pretendía alcanzarse en 2020, pero hace falta una reorientación en la que se hable "más de calidad, que de cantidad" para que los trasplantes tengan aún resultados mejores, para que los donantes sean más efectivos.

Y la calidad en la donación de médula la da, según los expertos, una persona de menos de 40 años, hombre o mujer, pero preferiblemente varones por causas biológicas, ya que "las mujeres durante el embarazo se sensibilizan a las proteínas del padre del niño y con el tiempo las multíparas son peores donantes".

Además, también hay que tener en cuenta el peso: la cantidad de células que se recoge a un donante está en función de su tamaño; si una mujer de 60 kilos tiene que ser el donante de un hombre de 90 kilos le va a costar, pero si fuera a la inversa le supondría menos esfuerzo.

La cantidad de células tiene que ver "con la velocidad de recuperación", con lo que ser el "donante ideal" lleva ligado el tamaño corporal y ofrecer mayor cantidad.

Estos son los donantes que reclaman más los hospitales que realizan los trasplantes y por eso la probabilidad de un varón joven de ser donante a lo largo de su vida es de un 10 % frente a un 3 % en la mujer.

El experto lo explica con un símil: en 2012 había un déficit claro de número de donantes y el objetivo era llenar la nevera.

La llenaron con todo tipo de productos y luego al ir a rellenar se dieron cuenta que lo que más se había consumido eran células de varones jóvenes, porque era lo que más reclamaban los centros de trasplantes por ser lo que producía menos rechazos en los pacientes.

De ahí que de lo que se trate ahora es de propiciar, pues, que se "llene la nevera" de menores de 40 y, según el especialista, "no es el que el resto no sirva", pero nuestras células, las de todos los órganos, van acumulando por encima de los 50 años alteraciones genéticas.

También van acumulando comorbilidades -enfermedades acompañantes- que normalmente no aparecen en personas que tienen 30 o 40 años, que lo normal es que estén sanas.

La edad media del Registro Español de Donantes de Médula Osea, gestionado por la Fundación Josep Carreras, es de 37 años.

En un par de años, según los expertos en trasplantes, se podrá ya constatar si esta nueva reorientación es eficaz, es decir que sin aumentar demasiado el número de donantes se aumenta la eficiencia del registro y la autosuficiencia en las donaciones.

Durante la jornada de hoy, también se han abordado las distintas terapias celulares sobre las que se están investigando y sobre una, la denominada Cart, que puede llegar a España en septiembre tras ser ya aprobada en Estados Unidos.

Es la terapia que trabaja con las células del propio paciente, las modifica genéticamente en el laboratorio y luego se infunden en el mismo para tratar el tumor.

Está aprobada para un tipo de leucemia infantil y para el tratamiento del linfoma B, aunque llegará a otro tipo de tumores, no solo los hematológicos, que es donde están mas desarrolladas.

El problema es que esas terapias, según el médico, son "insostenibles" porque son tratamientos de entre 400.000 a 500.000 euros por paciente en Estados Unidos, con lo que hay que buscar formas de hacerlo llegar de otra manera.

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