Sociedad

Las nucleares españolas se examinan de resistencia a ataques, fuegos o accidentes

  • El Consejo de Seguridad Nuclear impone pruebas que van "más allá" de las establecidas por la UE · Las centrales que no cumplan tendrán que cerrar o adaptarse, lo que podría no ser rentable para algunas plantas

Las centrales nucleares españolas se someterán a unas pruebas de estrés adicionales impuestas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y que van "más allá" de las acordadas por el conjunto de la Unión Europea, con el objetivo de establecer los requisitos para mitigar las consecuencias derivadas de un ataque externo, como por ejemplo, el impacto de un avión comercial o de una explosión, pero sobre todo, del incendio que esto pudiera provocar.

Así lo explicó en rueda de prensa la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, quien informó de que esta segunda Instrucción Técnica Complementaria (ITC) adicional a la europea, es de obligado cumplimiento para las plantas atómicas españolas. "Cada país es soberano en el alcance de las pruebas. Las europeas son el mínimo denominador común. A partir de ahí, cada país tiene capacidad de ir más allá y ser más exigente. En este caso, la ITC-2 mejora y amplía la primera", señaló.

El objetivo de este examen, que ya ha comenzado en las nucleares del país, es "comprobar los medios y recursos, sea lo que sea lo que inicia el suceso, un avión, un ataque terrorista o una explosión de gas", detalló.

A este respecto, manifestó que "es muy posible" que las centrales tengan que implantar nuevas medidas e invertir recursos y, en ese contexto, "puede haber plantas a las que no les resulte rentable", por lo que si no las adoptan tendrán que cesar la operación. No sólo eso, sino que además, si con la implantación de nuevas medidas complementarias se considerase que una central no podría responder a escenarios extremos, "tendría que dejar la operación".

Las pruebas consisten en someter a examen al parque nuclear español en situaciones que, aunque sean "improbables", podrían suceder y, en el caso de España, el director técnico de protección radiológica, Juan Carlos Lentijo, reconoció que el sistema de protección física en todos los estados tiene en cuenta el "grado de posible amenaza de atentado", por lo que las centrales se examinarán también por si se produjera un atentado que "pudiera superar lo previsto en el diseño inicial".

En todo caso, los resultados derivados de las pruebas no serán públicos, puesto que incluyen aspectos de seguridad de carácter confidencial.

Los tests de resistencia correspondientes a la Instrucción Técnica Complementaria 1 (ITC1) que recoge los criterios del Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (Ensreg) contemplará como sucesos iniciadores los terremotos y las inundaciones (tsunamis, oleaje, tormentas, rotura de presas) así como la pérdida de funciones esenciales para la seguridad, tales como la pérdida de alimentación eléctrica, la pérdida de sumidero final de calor o la combinación de ambos.

El grupo europeo acordó también que las pruebas incluyan las capacidades de cada emplazamiento para hacer frente a accidentes no contemplados en la base de diseño y que tengan consecuencias graves, "cualquiera que sea su origen".

El examen también analizará la gestión de accidentes severos, como podrían ser la pérdida de las funciones de refrigeración del núcleo; la pérdida de la función de refrigeración de las piscinas de combustible gastado, o la integridad de la vasija del reactor.

Finalmente, la presidenta del CSN anunció que comparecerá ante el Congreso de los Diputados "seguramente en septiembre" para informarles de los datos del accidente de Fukushima, de las reuniones europeas que se mantengan tras las pruebas y los acuerdos adoptados.

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