Sociedad

Uno de cada cinco de los pacientes ingresados con el Covid-19 falleció

  • Estudio de la SEMI entre 12.213 personas hospitalizadas con SARS-CoV-2 confirmado, dados de alta o que han perdido la vida

  • La mortalidad es similar a la observada en algunas series de datos de China y de EEUU, mayor que la de Italia pero inferior a la observada en Reino Unido 

Concentración de sanitarios para reivindicar contratos dignos y más personal en Barcelona.

Concentración de sanitarios para reivindicar contratos dignos y más personal en Barcelona. / David Zorrakino (EP)

Uno de cada tres pacientes hospitalizados por Covid-19 en España desarrolló dificultad respiratoria y uno de cada cinco falleció, según los resultados preliminares del primer gran registro clínico nacional multicéntrico sobre esta enfermedad que lleva a cabo la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Se trata de un estudio que contiene datos de 12.213 pacientes hospitalizados con SARS-CoV-2 confirmado, dados de alta o fallecidos, y en el que participan, actualmente, 604 investigadores de 146 centros hospitalarios de todas las comunidades.  

El registro cuenta con datos de pacientes de todas las regiones aunque destaca la Comunidad de Madrid, que aporta aproximadamente un tercio de los casos incluidos y es uno de los repositorios clínicos más amplios y extensos que existen en el mundo sobre este virus y el mayor de España sobre esta enfermedad.  

Los principales resultados preliminares con datos de 6.424 pacientes del registro y de 109 hospitales -a fecha 30 de abril- indican que el 31,5% de los pacientes ingresados desarrolló dificultad respiratoria y la mortalidad fue del 21,1%, con un marcado aumento en función de la edad.  

A mayor edad se constató mayor mortalidad y en el tramo 80-89 años, por ejemplo, llegó al 42,5%.

La edad media de los pacientes se sitúa en los 69,1 años y, de ellos, el 56,9% eran hombres.  

Las comorbilidades más frecuentemente detectadas fueron hipertensión (50,2%), dislipidemia (39,7%) y diabetes (18,7%), similares a las descritas en otros países occidentales pero todas fueron más frecuentes entre los pacientes españoles.  

Los síntomas a la llegada del hospital eran fiebre (86,2%) y tos (76,5%), aunque la mialgia (dolor muscular) y la anosmia (pérdida de olfato) fueron menos comunes que en series de datos de otros países.  

La mortalidad por Covid-19 -señala la SEMI- es similar a la observada en algunas series de datos de China y de EEUU. Fue mayor que la de Italia pero inferior a la cifra observada en Reino Unido.  

Factores demográficos

Los factores demográficos, como la edad o las comorbilidades, pueden explicar parcialmente las diferencias en la mortalidad por SARS-CoV-2, entre otros factores relacionados con la situación de presión del sistema sanitario, indica la SEMI.  

En Italia, la mayor carga de enfermedad se limitó a la región de Lombardía, mientras que en España "se ha distribuido más ampliamente". Sin embargo, la mayoría de los pacientes del estudio de SEMI son de Madrid, una de las regiones más afectadas por el Covid-19 y donde la situación es comparable a la del norte de Italia.  

Este registro de la SEMI permitirá obtener una completa radiografía sobre la enfermedad en España, dentro del contexto mundial, y poner en marcha otros múltiples estudios e investigaciones sobre SARS-CoV-2 en nuestro país a corto y medio plazo.  

Según el doctor José Manuel Casas, responsable del Registro SEMI-COVID-19, "este registro clínico permite conocer cuáles son las comorbilidades más frecuentemente detectadas entre los pacientes españoles con COVID-19, en comparación a pacientes de otros países, así como cuáles son sus síntomas más habituales a la llegada al hospital o cuáles han sido los valores anormales detectados, de forma más usual, en las pruebas de laboratorio.  

El gran número de pacientes incluidos y el importante volumen de datos recogidos permitirán obtener nuevas e importantes evidencias científicas y respuestas sobre múltiples aspectos de la enfermedad producida por el SARS-CoV-2, que permitirán crear algoritmos que predigan qué pacientes van a evolucionar peor o cuáles de los tratamientos empleados se han mostrado más eficaces y en qué tipo de pacientes han funcionado mejor. 

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