Sociedad

El teletrabajo como una opción laboral más verde

Un hombre delante de su ordenador.

Un hombre delante de su ordenador. / Headway

Desde que nos vimos obligados a encerrarnos en casa a causa de la pandemia generada por el covid-19, el teletrabajo se convirtió en la única opción factible en tiempos en los que ir al trabajo, coger el bus... y en definitiva entrar en contacto con la gente, suponía un problema.

Según la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), hasta un 17,6 % de las personas empleadas de entre 16 y 74 años teletrabajó en 2020. Ahora, dos años después y vuelta a la normalidad, muchas empresas han optado por una semipresencialidad o presencialidad completa, y, otras tantas, han apostado por el teletrabajo.

El teletrabajo ha supuesto al fin y al cabo un cambio de hábito laboral que ha permitido a los trabajadores mejorar la conciliación entre vida personal y laboral y aprovechar más el tiempo. Pero, no son solo beneficios personales a los que el teletrabajo ha llevado, muchos expertos creen que puede aportar un impacto positivo o negativo desde el punto de vista medioambiental. 

Según Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en recursos humanos y teletrabajo, en general, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las personas que quieren trabajar a distancia destacan como punto más positivo que el teletrabajo evita desplazamientos, facilita la gestión del tiempo de trabajo, hace posible la conciliación con la vida personal y permite aprovechar más el tiempo".

Algunos factores de los que dependerá que este cambio de vida sea positivo o negativo según la UOC son los siguientes:

  • La frecuencia del teletrabajo (uno o dos días a la semana, o más habitualmente)
  • La distancia recorrida y la duración del viaje (muy corta, mediana o larga)
  • La intensidad de emisión del medio de transporte utilizado (por ejemplo, coche diésel o gasolina, vehículo eléctrico o transporte público)
  • La ocupación del coche durante los desplazamientos (si solo va el conductor o si es un coche compartido)

La profesora explica que dependiendo de la combinación de esos factores el impacto será diferente. Aunque, desde su punto de vista, apunta que es algo muy difícil de llevar a cabo pues, el teletrabajo supone un gran cambio en los hábitos y costumbres de las personas, convirtiéndose así en una tarea muy compleja.

Y es que, aunque si bien es cierto que el teletrabajo trae más puntos positivos qu negativos, también hay que tener en cuenta estos últimos. Así Riumbau afirma que "el más evidente —que contrarresta, en parte, los beneficios de la reducción de los viajes— es el aumento del uso de energía en los hogares, dado que los teletrabajadores tienen más necesidad de calefacción, refrigeración, iluminación, internet, cocina, material de oficina, etc.".

"Además, la posibilidad de aprovechar el teletrabajo y evitar los viajes algunos días a la semana podría hacer que los trabajadores estuvieran más dispuestos a aceptar una mayor distancia los días que van a la oficina. Esto podría llegar a compensar el ahorro de emisiones que habrían conseguido los días de teletrabajo".

Asimismo, hay que tener en cuenta que en España, pese a que tras la pandemia se incrementó la cifra de personas teletrabajando, hay doce millones de personas con un empleo que no les permite teletrabajar.

De la ciudad al campo

Es tal el cambio de hábito que ha supuesto el teletrabajo que muchas personas personas han decidido cambiar su lugar de residencia a lugares más espaciosos, más alejados de la bulla y la contaminación de las grandes ciudades.

Como dicen desde la UOC, "parecía que, quizás, llegaba una nueva época dorada para los pueblos", pero no era así. Riumbau explica que "los datos de la encuesta nacional de trabajo a distancia realizada en Irlanda en abril de 2021 muestran que el 8 % de los encuestados ya se habían trasladado a otras zonas del país por su experiencia de teletrabajo durante el brote de COVID-19, mientras que un 24 % consideraba la reubicación.

La mayor proporción de estos últimos encuestados eran residentes en la región de Dublín". Pero, fue una falsa alarma, pues "la mayor parte de las migraciones internas fueron entre ciudades, igual que antes de la pandemia, y todo apunta que se trató de un hecho coyuntural"

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