Fundación CB Granada - Betis Baloncesto | La crónica

La moneda al aire salió cara (66-76)

  • En un mal partido de ambos conjuntos el Betis volvió a la senda triunfal en la prórroga tras seis derrotas seguidas

  • Una vez más el equipo demostró que la carencia interior hay que abordarla más pronto que tarde

Báez lucha por un rebote con Felicio.

Báez lucha por un rebote con Felicio. / Antonio L. Juárez

No fue el mejor partido de baloncesto para enganchar a nadie, pero el triunfo por 66-76, en la prórroga, sí permitió al Betis Baloncesto reengancharse a la liga, que no es poco para un equipo que llegaba a Granada con la soga al cuello y aunque la cuerda sigue apretando, al menos da un respiro. Y seguirá apretando mientras el club no se mueva para fichar un interior que se convierta en referencia y permita a los de Luis Casimiro dejar de jugar a la ruleta rusa de tirar triples. Salió cara esta vez, azuzado por el nefasto 6/35 desde más allá de la línea de los 6,75 metros de los locales, pero eso no siempre será así.

El choque no era todavía una final, pero sí que había mucho en juego. Los béticos seguir con vida; los locales dejar a los verdiblancos a cinco triunfos. Miedo, nervios, tensión... Todo se tradujo en muchos fallos. Tantos que por momentos no hubiera desentonado la musiquilla de la cómica serie de Benny Hill resonando en el Palacio de los Deportes. Al final se impuso el menos malo en un duelo de idas y venidas que ninguno, por las circunstancias que fueran, supo controlar.

En esas idas y venidas el Granada pareció llegar mejor al final cuando Bropleh colocó el 59-54, pero Bertans, espoleado por su mal inicio y con mucho nervio en pista, clavó un triple saliendo del bloqueo y Evans después, tirando del carro, anotó en una entrada a canasta. Un tiro libre para Renfroe, otro para Gerun en el otro aro y 1.50 minutos de errores llevaron a la prórroga. Tuvo el Betis el último ataque, pero en vez de buscar la penetración de Evans lo intentó con un triple de Bertans que se fue al aro. Mala decisión, porque el base podría haber sacado falta. La prórroga la jugó mejor el Betis ante un Granada que seguía enfrascado en tirar triples: 1/8 en el tiempo extra por el 1/2 de los béticos, mucho más acertados desde la personal (7/10) ante el 1/6 local.

BJ Johnson le coloca un espectacular tapón a Maye. BJ Johnson le coloca un espectacular tapón a Maye.

BJ Johnson le coloca un espectacular tapón a Maye. / Antonio L. Juárez

Un final igualado, emocionante al menos, en un mal partido del que los técnicos no estarán muy contentos. Algo más Luis Casimiro por una victoria necesaria y muy trabajada, porque el dominio reboteador nazarí complicó sobremanera las cosas.

El Betis sabía lo mucho que se jugaba y de salida mostró una intensidad defensiva que apenas había aparecido esta temporada. Manos por todas partes, las ayudas llegaban ante Felicio, que aun así dominaba la zona aprovechando el escaso físico de Sylla. Pero el Granada tenía problemas para encontrar posiciones de tiro cómodas y hacer llegar el balón a su pívot. Siete pérdidas firmó en un primer cuarto fallón por parte de unos y otros, aunque los visitantes encontraron más jugadores con capacidad de anotar: 7-13 tras 10 minutos en los que ninguno fue capaz de anotar un triple.

Hill trata de defender a Prince Ali. Hill trata de defender a Prince Ali.

Hill trata de defender a Prince Ali. / Antonio L. Juárez

Y la dinámica continuó en el segundo parcial. Ya fuera por la hora, el frío o por lo que sea, nadie daba un paso adelante y ambos conjuntos trataban de sacar réditos de los errores del rival. La clave era ser menos malo que el contrario. En esa batalla tanto los locales como los visitantes acumulaban fallos desde el perímetro. Cada uno firmaba un esperpéntico 0/9 desde más allá de la línea de los 6,75 metros cuando Evans apreció por fin en el partido. El primer triple, en el minuto 16, significaba los primeros puntos del cuadro heliopolitano en el cuarto. Lo que pasa es que los de Pablo Pin, que tampoco estaban finos, no aprovecharon esa circunstancia más que para acercarse en el marcador (12-13) con un Hill demasiado individualista y que, para colmo, no anotaba.

Evans no sólo metió un triple. Anotó el segundo y abrió la lata desde fuera. ¡Aleluya! Bertans y Cvetkovic aprovecharon el tirón desde fuera y la renta hispalese se fue hasta los 11 puntos (16-27), mientras el Granada seguía acumulando fallos desde el perímetro hasta marcharse al descanso con 0/11. Una diferencia que minimizó gracias a una canasta de Felicio, que se imponía bajo los tableros, y los regalos de Kurucs. Con 18-27 atacaba el Betis con 10 segundos para el descanso. El letón recibió un balón que no debió llegar a sus manos, se metió por donde era imposible pasar, perdió la pelota y en el ataque granadino cometió falta a tres décimas del final sobre Jacobo Díaz, que aprovechó el regalo para reducir la distancia al final del primer tiempo (20-27) y tomar un poco de aire en los vestuarios con ese 0/11 en triples y 11 pérdidas, mitigadas por los siete rebotes ofensivos por los solo dos de los heliopolitanos.

El Granada se activó y en el tercer cuarto anotó más puntos que en todo el primer tiempo. Un 28-17 logrando una renta de hasta ocho puntos 44-36 tras un 3+1 de Maye. Gerun redobló esfuerzos para igualar el duelo en la pintura y el aparatado reboteador y el Betis, con Bertans sacando carácter y Evans tirando del carro, no bajó los brazos esta vez para competir y llevar el duelo a un final igualado que acabó llevándose por su mayor deseo, necesidad y acierto desde la personal cuando el balón quemaba. Eso sí, sigue haciendo falta un interior. Que el triunfo haga ver otra realidad paralela. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios