Calle Larios

Las bibliotecas y todo lo demás
Cuando los responsables de turno hablan de ‘dinamizar’ (con perdón) los barrios, adivinen por dónde convendría empezar. No son contenedores para leer: son espacios para vivir.

El derecho a vivir en Málaga
A la hora de debatir sobre la ‘crisis’ de la vivienda siempre se señala a la burbuja inmobiliaria como causante de todos los males. Pero la responsabilidad municipal tampoco es pequeña.

La industria del entretenimiento
El episodio de Julen ha despertado verdaderos océanos de solidaridad; pero en el magma de voces que opinan, ilustran y juzgan, a veces de manera implacable, hay de todo. Eso es la calle.

Continuidad de los parques
El crecimiento y la proyección de Málaga siguen sirviendo de motivos de admiración a propios y a extraños. Pero el desarrollo urbano no ha sido precisamente equilibrado en todos los órdenes.
Mi reino por un patinete
Son rápidos, cómodos, ligeros, no contaminan y te ponen en cualquier sitio en diez minutos: el transporte perfecto. Pero lo más divertido es esperar el próximo truco que se saquen de la manga.

Ciudadanía, derechos y estatura
En un día como hoy los niños son protagonistas, pero deberían serlo todo el año en lo que a vivir en Málaga se refiere. La desigualdad tiene aquí nombres muy concretos. Y remedios posibles.
Carta a Sus Majestades de Oriente
No iba a ser uno menos que Francisco de la Torre, oiga. Por pedir, que no quede. Aunque por si acaso, y como de costumbre, habrá que prepararse para el carbón. Felices fiestas a todos.
Svenson se instala en el número 3 de calle Larios
En el edificio ya está ubicada la sede de KPMG en Málaga, entre otras compañías.

Dos pasos detrás de Barcelona
A la hora de pensar la ciudad que queremos, siempre hay a disposición modelos para todos los gustos. Lo que no significa que estemos condenados a repetir errores ajenos. O tal vez sí.

En la recuperación de Málaga
Que la explotación de los espacios públicos rinda suculentos beneficios inmediatos no significa que esos espacios sean menos públicos. Salvo que exista un pacto tácito para admitir lo contrario.