Calle Larios
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Málaga: lo nuestro es de todos
Que la hospitalidad sea aquí una virtud general nadie lo pone en duda. Otra cosa es que la identidad abierta sea una cuestión por hacer, lo que entraña no una derrota, sino una oportunidad. Málaga: levantar cabeza.
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Málaga: levantar cabeza
El discurso del miedo cala en una ciudad sometida a demasiados golpes y adscrita a soluciones fáciles de cara al futuro, pero, quién sabe, igual estamos a tiempo de abrigar cierta esperanza. Málaga, capital Benidorm.
Málaga
Las calles Larios de Málaga, entre las más caras de España otra vez
El informe, elaborado por la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield, analiza 92 ciudades del mundo. Málaga Luxury Summit, el encuentro para profesionales del lujo.
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Málaga, capital Benidorm
Más allá de la cuestión patrimonial, es interesante la consideración de la ciudad como un lienzo en blanco, carente de historia e identidad, sobre el que se puede aplicar cualquier modelo. Málaga: 2+2=5.
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Málaga: 2+2=5
Ya hemos llegado a este punto en el que señalar lo evidente significa salirse del tiesto, hacerse indeseable, ejercer una resistencia hacia la que nunca se sintió vocación alguna. No lo llamen desbandá.
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No lo llamen 'desbandá'
Por mucho que a los malagueños nos gusten las expresiones particulares, igual podemos optar en este caso por una solución más fidedigna y, de paso, más respetuosa con las víctimas de la masacre. Málaga: quedarse fuera.
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Málaga: quedarse fuera
Sería interesante que, a cuenta de la sostenibilidad, el desarrollo tecnológico y lo que ustedes quieran, se empezara a considerar de una vez la exclusión como un asunto político, no caritativo. Quién me presta una escalera.
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Quién me presta una escalera
La iniciativa de crear en Málaga ‘objetotecas’ en las que cualquiera pueda hacerse por un rato con un taladro, un martillo o vaya usted a saber qué cacharro, reviste posibilidades insospechadas. De quién es Málaga.
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De quién es Málaga
Lo peor de ponerle precio a las ciudades es que siempre hay alguien dispuesto a comprarlas, así que tal vez la prosperidad consista en salir de esta lógica y ofrecer alternativas. Málaga: la ciudad divertida.
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Málaga: la ciudad divertida
La aspiración a la felicidad es legítima, siempre que se persiga para todos. De lo contrario, incurriremos en eso tan feo que llaman exclusión. Pero lo más importante es no ser hipócritas. Desvivir en Málaga.