Sevilla

El lagarto de la Catedral de Sevilla vuelve a colgar en su renovada nave

El lagarto de la Catedral de Sevilla vuelve a colgar en su renovada nave.

El lagarto de la Catedral de Sevilla vuelve a colgar en su renovada nave. / M. G.

Una de las piezas más singulares y exóticas de la Catedral de Sevilla que luce en todo su esplendor. El popular lagarto ha vuelto a ser colgado en la nave que lleva su nombre tras finalizar las obras en este espacio contiguo al Patio de los Naranjos. Los técnicos de la Catedral han aprovechado la ocasión para realizar las periódicas tareas de conservación preventiva, que ha realizado el conservador de patrimonio Pedro Manuel Franco Rufino. La actuación ha servido también para devolver a esta nave el artesonado procedente del antiguo Colegio de Santo Tomás. 

En los próximos días también volverán a colgar de la nave el colmillo, el bocado y el cetro.

Un frustrado matrimonio real

Así luce el lagarto con el artesonado que se ha instalado en la nave. Así luce el lagarto con el artesonado que se ha instalado en la nave.

Así luce el lagarto con el artesonado que se ha instalado en la nave. / M. G.

La leyenda cuenta que el lagarto llegó a Sevilla en la segunda mitad del siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X el Sabio. El animal llegaría vivo como parte de una comitiva enviada por el Sultán de Egipto para intentar concertar un matrimonio entre su primogénito y una de las hijas del rey castellano, Berenguela de Castilla. 

Con el objetivo de convencerles, no solo llegó el reptil, sino que este estaba acompañado por un colmillo de elefante y una jirafa domesticada, la que contaba también con sus accesorios de equitación, como freno (un tipo de embocadura que se usa para controlar al animal mientras se monta) y una silla de montar. Los enviados por el sultán recibieron el rechazo para concertar el matrimonio, al parecer por diferencias religiosas, y Berenguela de Castilla, finalmente decidiría tomar el hábito en el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas (en Burgos).

Sin embargo, los animales parece que se quedaron en Sevilla. A la muerte del lagarto, nombre por el se conoce al reptil en Sevilla, fue disecado y colgado en una de las naves del Patio de los Naranjos, junto con el freno de la jirafa. Finalmente, el lagarto sería sustituido por una versión de madera en el siglo XVI que es la que actualmente se puede ver.

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