Rincones con encanto
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Con la Hiniesta en su laberinto
El caserío de lo que fue Sevilla la Roja confoma un itinerario por el que brilla la cofradía en un intimismo multitudinario lEse embrollo de callejas arranca en el convento de Santa Isabel, que fue antes el hospital donde se fundó esta hermandad.
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Puerta del Cielo para un costalero
En ese azulejo que rememora la tragedia se vivirá esta noche uno de esos actos que justifican la Semana Santa de Sevilla.
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Cuando la fiesta se viene arriba
A petición de la hermandad allí radicada de la Oración en el Huerto tomó este nombre en 1961, pero el pueblo la sigue conociendo como Plaza de los Carros.
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Roma lustra la gran celebración
La Plaza de Pilatos se llamó en un principio Marqués de Tarifa y luego plaza del Duque de Alcalá, pero ya en 1754 figura en los planos como Plaza llamada de Pilatos y fue diseñada para mayor brillo del palacio.
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Vía de dolor y gozo, muy principal
Fue la vía de entrada y salida más importante del sector norte de la ciudad y su renombre más remoto fue el de Correería por sus moradores, fabricantes de correajes.
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Alfombra de paja para una agonía
Una alfombra de paja y arena fue extendida para paliar el ruido y mitigar la agonía de Varelito.
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Calle mayor del macarenismo
En esta calle plagada de retablos de la Esperanza se conserva durante todo el año la llama viva del macarenismo más fiel lCon un caserío mayormente rehabilitado, parece que revolotea continuamente por ella el espíritu de la saetera Marta Serrano.
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Un apéndice de la Carrera Oficial
Meollo de la ciudad en todos los tiempos, esta vía no conoció otro nombre y fue la primera que se entoldó y la pionera en contar con lo que se llamarían grandes superficies.
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Un oasis pródigo en leyendas
La Casa de Ejercicios del desaparecido convento de San Felipe Neri la destaca José María Blanco White en su autobiografía . La decisión de quemarse la cara de doña María Coronel y el cuento navideño de Maese Pérez, leyendas ahí desarrolladas.
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El corazón del túnel del tiempo
El palacio de la Casa de Alba es la estrella principal de una calle que hasta bien entrado el siglo XVII se conocía por el nombre de su propietario, el Duque de Alcalá.