Espectáculos

Emilio Aragón se embarca en un “viaje emocional” al circo

  • El nuevo espectáculo ‘Circlassica’ rinde homenaje al circo de antes en el Ifema hasta el 6 de enero

Emilio Aragón, rodeado de todo el equipo de ‘Circlassica’.

Emilio Aragón, rodeado de todo el equipo de ‘Circlassica’. / Efe

Tras 37 años “sin pisar una carpa”, Emilio Aragón (La Habana, Cuba, 1959) ha emprendido un “viaje emocional” que le ha llevado al corazón del circo, Circlassica, un espectáculo creado y dirigido por él en el que se ha vuelto a encontrar con ese niño que creció rodeado de payasos, acróbatas o trapecistas. A sus 59 años, y mientras espera la llegada de su tercer nieto, este cómico, actor, empresario, productor y cantante se ha puesto al frente de más de 30 artistas para recordarle al mundo que hace 250 años se creó el mayor espectáculo del mundo, pero también para homenajear a sus bisabuelos: El Gran Pepino y Virginia Foureaux, los fundadores de la dinastía Aragón. “Desde que soy abuelo en lo emocional estoy cada vez más sensible, y el hecho de saber que iba a recordar a mi padre todos los días durante los ensayos ha sido un viaje emocional intenso. Es una manera de reencontrarte con tu niño, y esto no es un tópico”, confiesa.Hasta el 6 de enero en la carpa blanca instalada en Ifema (Feria de Madrid), Nim y Margot, los personajes que encarnan a sus dos antepasados, serán el hilo conductor de esta nueva propuesta que ha vendido 100.000 entradas antes de su estreno. Una cifra que Aragón conoció hace unos días y que le dejó “boquiabierto”.Manu, María y Rafa son los tres jóvenes hermanos que hay detrás de Productores de Sonrisas, la productora del espectáculo, y cuya “pasión” y “ganas de hacer cosas nuevas” fueron los culpables de que se embarcara en esta aventura. Con una escenografía inspirada en las antiguas carpas circenses, con el rojo y el blanco predominantes, y con una orquesta de nueve músicos que tocarán en directo, Circlassica, según describe Aragón, es una “pequeña ONU” con artistas llegados desde Bielorrusia, Brasil, Italia, Alemania o Moscú. Malabaristas, equilibristas, acróbatas o payasos del más alto nivel unidos por un motivo: “Hacer una cosa bonita”.

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