En 1968 escribió su primera crítica televisiva que miraba más allá de la realización o la interpretación de los actores y analizaba contextos y aspectos entre líneas. Juan Cueto no fue el primer crítico de TV en la prensa española pero llegó a ser el más influyente e icónico. Y también el más longevo, con desparpajo, ácido sulfúrico, mirada sociológica y desbrozado de petulancias.

El periodista y divulgador asturiano fallecía ayer a los 76 años tras una vida entregada al compromiso cultural y a la vanguardia en todos sus aspectos. Con una intensa trayectoria en el Grupo Prisa, fue director de Canal +, una cadena que se distinguió por sus formatos revolucionarios. Anteriormente había diseccionado la televisión del monopolio de TVE en El País, en columnas en el periódico o en la célebre La cueva del dinosaurio en El País Semanal. Juan Luis Cebrián al incorporarse a la dirección fundadora de El País en 1976 tenía claro que debía hacerse con los servicios del crítico de Asturias Semanal, una de las publicaciones que fundó Cueto junto a la publicación cultural Cuadernos del Norte, cuando el término cultura era de lo más disidente que se podían permitir los ciudadanos del tardofranquismo. Hasta 2008 fue columnista en El País, cuando su labor de dirección audiovisual le había llevado hasta Italia con Canal +.

Entre sus obras figuran Pasión catódica, sobre su visión de la TV en España, Cuando Madrid hizo pop, La mirada vagabunda y la más reciente Yo nací con la infamia.