La tercera temporada de Masterchef llega este martes a La 1 con el postre de la serie Cocina2 a continuación. El FesTVal de primavera en la capital murciana ha sido el lugar de presentación de estas nuevas entregas del concurso culinario de Shine que supuso el descubrimiento para el gran público de dos premiados chefs como Pepe Rodríguez (El Bohío, en la toledana Illescas) y Jordi Cruz (ABaC, Barcelona), que forman una terna exigente junto a Samantha Vallejo-Nágera. Y forman un dúo cómplice.

-Ustedes, que han empezado desde abajo, pueden entender bien a los cocineros aficionados que acuden a Masterchef.

-(Jordi Cruz. J.C.): Desde abajo no, desde abajísimo. Yo llevo 22 años y Pepe llevará unos 300. Ambos empezamos no desde abajo, sino desde donde se debe empezar...

-(Pepe Rodríguez. P.R.): Se debe empezar pelando patatas, sirviendo copas, limpiando mesas, lo que haga falta en el establecimiento. Recoger todo de la A a la Z no sólo de la cocina, sino del mundo de la hostelería. Y orgullosos siempre de cada paso dado.

-¿Cómo era el mundo de la cocina hace 30 años, cuando los chefs no salían en la televisión?

-(P.R.): Era impensable la posición actual y el reconocimiento que tenemos, pero la situación actual se ha debido al esfuerzo de una generación de cocineros muy importante. De la gran cocina vasca de los años 70.

-(J.C.): Y de los cocineros de Isabel la Católica, con los que trabajó Pepe.

-(P.R.): Todos esos cocineros han dignificado la cocina. Mucho antes de nosotros había chavales que se apuntaban en las escuelas de cocina porque entendían que este era un gremio noble, creativo y de futuro.

-¿Les sorprende?

-(J.C.): No te puedes sorprender. Es una consecuencia normal. Estamos en un país que ha aprovechado la influencia de las mejores cocinas como la de Francia, que tiene productos buenos en todo y encima generaciones de cocineros muy preparados y una cocina regional amplísima. Ferrán, Arzak, Pepe han puesto en su sitio la cocina de su entorno, modernizando sin perder las raíces.

-(P.R.): Todo este boom de la cocina ha sorprendido a los medios y no tanto a nosotros, los que ya veíamos observando esta evolución: cocineros procedentes de Alemania, de México o de Rusia venían a nuestro país a aprender.

-(J.C): Esto no es una moda. Es una realidad como una catedral. Tenemos una de las mejores gastronomías del mundo y lo podemos decir en voz alta.

-¿Qué pueden adelantar de los concursantes de este año?

-(J.C.): Tenemos a una concejala, precisamente de Murcia, que va a ser una sorpresa, como un exmilitar, un campeón de póquer o una abuela que está especializada en platos medievales... de la época de Pepe.

-Los famosos se les arriman.

-(P.R.): Vamos a tener a Miguel Bosé, a Mónica Naranjo. Vienen a pasarlo bien, a conocer a los concursantes y eso es un honor para nosotros.

-¿Cómo será el minijurado?

-(P.R.): Será un momento bonito, que juzguen mi hijo, la hija de Samantha y el sobrino de Jordi. Mi hijo, que sabía ya que tenía un punto friki, me encantó verlo por el plató vacilando a los concursantes, haciéndose el serio.

-(J.C.): Se le caía la baba. El chaval es que se puso muy serio, como su padre, con cara de malo...

-Una sorpresa como la de los niños de Masterchef Junior...

-(P.R.): Masterchef Junior creo que se ha adelantado a la sociedad, ha reconocido el valor de las nuevas generaciones y ha animado a las familias a dejar que los niños se expresen en la cocina. Ahí si que nos hemos sorprendido todos de nuestro nivel.