Cine y Televisión

Qué dificil es programar una gala

  • La mala relación entre los festivales de cine y las cadenas en abierto hacen inviable una programación bien planteada de estos acontecimientos

Ana Morgade en el photocall, con su portatrajes, de la Seminci

Ana Morgade en el photocall, con su portatrajes, de la Seminci / EFE

Las relaciones entre las galas de los festivales de cine y las cadenas de televisión son delicadas y nebulosas. Mientras hablamos de glamour, de pasarelas, de photocalls, de piezas de un minutito para el cierre de los informativos o para los Corazones con sus famosos posando todo fluye.

El problema llega cuando algún directivo plantea la necesidad, o el compromiso adquirido, de transmitir completa o en directo, una gala completa de clausura. Una de esas ceremonias en la que si no se entregan veinte premios no se entrega ninguno.  Generalmente, a cineastas, actores y técnicos a cual más desconocido y con discursos largos de dedicatorias y homenajes.

En este fin de semana se clausura la Seminci de Valladolid, que con 66 años de historia a sus espaldas es uno de los pocos festivales patrocinado por TVE. Lo que obliga a la televisión pública a emitir, cuanto menos, la tradicional gala de clausura ¿No sería más lógico, si nos atenemos al efecto persuasorio que debe tener un acto de estas características, que se emitiera la de inauguración? Es esa la que tiene carácter publicitario, de invitación a pasar una semana en Valladolid.

Y algo importante, fue una gala con tono humorístico, ligero, en donde Ana Morgade repasó, entre chiste y chiste, el sumario de lo que sería esta 66ª edición. La clausura no es más que una entrega de premios a apellidos difíciles de pronunciar de los que incluso la audiencia cautiva de La 2 suele huir de tan poco atractivo que es el evento.

TVE, año tras año, recordemos, ya fue abandonando el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva hasta dejar de emitir por completo sus galas, que en los últimos años se daban de madrugada o sólo por la web.

También resulta muy extraño que Atresmedia, uno de los puntales del Festival de Málaga, no deje un hueco en Antena 3 o en alguna de sus cadenas para ofrecer las galas de inauguración y clausura. En este caso, rebosantes de rostros muy reconocibles por los espectadores de quienes protagonizan sus series y películas preferidas.

Pero es el temor que citaba al principio. Ofrecer galas completas en un horario competitivo supone un riesgo para los programadores, un quebradero de cabeza.

De ahí que solamente la televisión pública lo asuma, a veces en diferido, con los Premios Platino, los Premios Max, el Festival de San Sebastián, los Premios Ceres (cuando existían) y muy pocos más. No corren buenos tiempos para las galas en directo en los prime time.

Ni los Ondas, dedicados a la televisión, se pueden ver ya en una cadena generalista.

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