Análisis del formato

El futuro de 'Zapeando' sin Frank Blanco

  • Las diferencias de cifras respecto a 'Todo es mentira' se han reducido y el formato sufre de pérdida de frescura

Frank Blanco es abrazado por sus compañeros al dar a conocer su despedida

Frank Blanco es abrazado por sus compañeros al dar a conocer su despedida / Atresmedia

Zapeando está en la cuerda floja y en caso de mantener la marca tendrá que someterse a un centrifugado de contenidos de cara a la nueva temporada. El repaso televisivo en la sobremesa de La Sexta, tras 6 temporadas y 1.414 entregas, no pasa por un buen momento y la competencia directa de Todo es mentira en Cuatro, el programa de Risto Mejide, ha venido a acrecentar una apacible posición que venía manteniendo un formato que vino a remontar desde muy atrás hasta instalarse en su franja.

La marcha de su conductor, Frank Blanco, en lo que fue su primer acierto en televisión tras probar en varias ocasiones tras una amplia trayectoria en la radio, viene a saltar las alarmas de esa reforma que ha de afrontar a fondo este espacio que, no obstante, aún siguen de media unos 600.000 espectadores (aunque anota por debajo de la media de la cadena, sobre el 6%). Todo es mentira, que también ha partido desde cifras inapreciables, se acerca a 400.000, también por debajo de la media de Cuatro, menos del 4%, aunque es el contenido al alza, ampliando parroquia con una filosofía parecida a Zapeando y cargando las tintas en la política (es casi en realidad un Sálvame trasladado a los políticos).

Blanco prosigue en la radio de Atresmedia, en Europa FM, cadena que tras su paso por Kiss FM, le dio la oportunidad al catalán quefue voz estelar de Los 40 durante 15 años y que terminó mal con Prisa Radio tras animar las mañanas de Cadena Dial.

“Llevo seis años aguantando que me llaméis viejo” cerraba este viernes, en broma, el presentador. Zapeando ha sido trampolín para sus contertulios (Cristina Pedroche, Ana Morgade, Anna Simón, Quique Peinado) y ha sido una buena oportunidad para otros rostros conocidos como Miki Nadal.

Las últimas incorporaciones, pensadas en un público muy joven, no han terminado de funcionar y el formato pierde frescura, que era una de sus cualidades.

La actitud de algunos de sus participantes, como la mencionada Pedroche, parece más forzada que nunca, lo que se refleja en el descenso de espectadores y en la rutina en la que ha entrado la mecánica de un espacio que tiene en la (aparente) improvisación una de sus bazas.

También las comparaciones con Arusitys, el programa despertador de la cadena, han perjudicado a este ‘hermano mayor’ de la sobremesa.

Atresmedia aún ha de anunciar quién releva a Blanco a partir del 2 de septiembre (en las vacaciones anteriores lo hacía su paisana Anna Simón), pero el relevo de moderador no es sólo el único que ha de hacer la productora Globomedia para que este contenido retome su parcela.

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