TV-Comunicación

Francisco Andrés Gallardo

Telecinco se hunde con 'Gran Hermano', claves sobre la marcha de espectadores

Ion Aramendi y Jorge Javier Vázquez, los conductores de 'Gran Hermano' / Mediaset

15 de noviembre 2025 - 17:57

Telecinco era la reina del mambo. La cadena que ha llegado a rozar el 20% a nivel nacional tras el apagón de 2010. Era un poderío imperial desde primera hora hasta la madrugada, entre Ana Rosa, Sálvame, Pasapalabra y un prime time donde los realities se enseñoreaban, como siguen haciendo por obligación, pero con la inercia de una línea que parecía imbatible. Era la Telecinco de Camera café o Escenas de matrimonio, inventándose lo que es ahora la franja más disputada y apetecida:el access prime time. Había ganas de sorprender. Era la cadena de las series y a la que le lucía todo, incluso la Fórmula 1.

Como todo funcionaba, parecía que de casi todo se podía prescindir. Una sucesión de decisiones estratégicas tomadas más por la soberbia y la ufanía que por la visión a largo plazo llevaron a la parrilla de Telecinco a anquilosarse. Entre Sálvame y el reality de turno tenían la tarde y la noche hechas, porque las mañanas funcionaban solas con AR, a la que a la larga le ha perjudicado un perfil excesivamente politizado.

Telecinco, fiel a sus contenidos de polémica entre la telerrealidad y el corazón, se granjeó un público numeroso y leal. Pasapalabra actuaba como ventanuco por donde entraban espectadores que el resto del día no visitaban la cadena y ya si eso se quedaban con Piqueras. El día que el CEO Paolo Vasile decidió no pagar a ITV los royalties del funcionamiento de Pasapalabra estaban cegando una ventana que dejaba sin oxígeno a la cadena. En octubre de 2019 con la cancelación del concurso por vía judicial se precipitó la caída de audiencia, un fenómeno lógico.

El nerviosismo de los descensos llevaría con los años a cancelar Sálvame, como presunto mal por el relevo efímero de Vasile, Borja Prado. Si Sálvame era culpable de todo, había que buscar alternativas.

Desde la pandemia Telecinco no ha podido reformar un modelo eficaz y el catálogo que tenía le rinde cada vez peor. El reality Gran Hermano 20, en cifras muy bajas, es la última luz roja de un avión en caída difícil de recuperar el rumbo de forma inmediata.

El estreno de GH 20 fue de 889.000 espectadores, 15,8% en la gala del 6 de noviembre. La de la semana siguente, el pasado jueves, bajó a 714.000 y una cuota de 11,8% que se convierte en alarma del error de haber estrenado esta edición. El desinterés se ha confirmado en los resúmenes y conexiones diarias, que llegaron a caer por debajo del 5% en la franja de tarde, con su correspondiente cancelación desde este viernes.

A Telecinco le ha dejado de funcionar todo los que le funcionaba. En el caso de Gran Hermano el formato quedó herido con el caso de abusos sexuales dentro de la casa en 2018. Y tener a gente encerrada, por muy pintoresca que sea, ha dejado de tener la sorpresa y la curiosidad de otros tiempos. Malos tiempos, en este caso, para Mediaset.

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