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Antonio Ferrera triunfa en su encerrona en una feria de Ecuador

  • El torero indultó al tercer toro de la tarde y salió a hombros tras cortar tres orejas y un rabo

Antonio Ferrera durante su encerrona en Ecuador.

Antonio Ferrera durante su encerrona en Ecuador. / EFE

El torero español Antonio Ferrera indultó el viernes al tercer toro de la tarde y salió a hombros tras cortar tres orejas y un rabo en la Feria San Isidro Labrador, de la ciudad de Latacunga, en el centro andino de Ecuador, en una encerrona en solitario que hizo delirar al público. En una plaza con apenas tres cuartos de aforo y con extremas medidas de bioseguridad por la pandemia del covid-19, especialmente el distanciamiento físico de al menos dos metros y el uso permanente de mascarilla, Ferrera lidió cuatro toros de las ganaderías de Triana y Huagrahuasi, ambas del ganadero José Luis Cobo.

Tras un minuto de silencio en honor a las víctimas de la pandemia, especialmente por la muerte de Enrique Garzón, mozo de espadas del español Uceda Leal y padre del novillero ecuatoriano David Garzón, se dio inicio al paseíllo con Ferrera como único espada. El primero de la tarde fue un ejemplar de Triana, con fuerza y buenas hechuras, recibido con verónicas de mucho arte, rematada en medios con una media que arrancó una ovación, con un buen tercio de varas y al quite con remate en revolera, para seguir con tandas elegantes de muleta y terminar con una estocada algo desprendida pero efectiva. Vuelta al ruedo y ovación.

El segundo fue complicado para el diestro extremeño, pues poco pudo hacer con el capote, además de un defectuoso tercio de varas y una faena de muleta que fue de aliño, en busca de mejorar la embestida corta del burel, para dejar una estocada de tres cuartos y dos descabellos. Silencio y pitos al toro. Ferrera fue en el tercero a por todas y lo recibió con tijerillas jaleadas y verónicas de gran manufactura a un toro que intentó rajarse, pero que tras un gran puyazo recuperó calidad para permitir una faena de temple y torería, que empezó de adentro hacia afuera y con siete tandas de naturales bien ligados.

La emoción del respetable se hizo notar mientras el torero realizaba vistosos pases de molinete y remataba en forzado de pecho, por ello el indulto llegó tras una fuerte petición de las gradas, donde se escuchó música y hubo evidente contento al ver hermosos naturales. Indulto, dos orejas y rabo simbólicos. El cuarto de la tarde, del hierro Huagrahuasi, salió con fuerza y buenas hechuras, hubo primero una pequeña demostración de recortadores y Ferrera salió al albero para recibir al toro con verónicas de mano baja y remate con media, luego un buen puyazo y el diestro tomó las banderillas para poner el último par con más voluntad que acierto.

La faena de muleta empezó de rodillas, con recortes y remate por trinchera, tanda por la mano derecha bien ligada, y luego naturales a un toro que humillaba y tenía buen recorrido; toreó despacio en los medios y terminó con un pinchazo sin soltar, estocada desprendida y descabello. Una oreja tras sonora petición y vuelta al ruedo del toro.

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