Paco Ureña. Matador de toros

"Busco la entrega total y poner mi cuerpo al servicio del toreo"

  • La próxima semana afronta dos operaciones en Sevilla Cuajó la mejor faena de la Feria de Otoño, brillando con su toreo al natural

El matador de toros Paco Ureña (Lorca, 1982), que cuajó la mejor faena de la Feria de Otoño en Las Ventas, toreando al natural con una calidad suprema, sufrió hasta cuatro cogidas. Debido a los percances y sus secuelas le esperan dos operaciones en Sevilla la próxima semana: mañana lunes, de rotura del escafoides derecho y el miércoles de una cornada interna en el gemelo de la pierna derecha. El diestro murciano afirma: "Voy un poquito a peor, sobre todo de la cornada del gemelo. El lunes me opera el doctor López Vidriero, que ya me intervino de otras fracturas y ligamentos, en el Infanta Luisa y el miércoles, en Nisa Aljarafe, el doctor Domingo Jiménez, quien me ha dejado perfecto en otras tres o cuatro operaciones de varias cornadas.

-Paco, ¿cuántas y cuáles han sido las cornadas más graves?

-Llevo una docena. Las más fuertes, muy fuertes, han sido en el recto y en el triángulo de Scarpa en mi etapa de novillero. Ya como matador, la del año pasado en Las Ventas, que me afectó al nervio ciático, y en Tafalla, con dos cornadas en el muslo izquierdo.

-Impactó al natural ¿Había toreado así anteriormente?

-La verdad es que sí. Mi concepto siempre ha sido ese. Fue maravilloso conseguir sacar el toreo que llevo dentro y lograr ese momento mágico en Las Ventas, que es un marco también mágico.

-Llegó a romperse y a llorar.

-Me había ocurrido alguna vez toreando de salón. Estaba obsesionado con un momento así. Y era tal mi obsesión que una amiga mía, psicóloga, me comentó que podía suceder cuando torease un toro en público.

-Dijo que después de esa actuación se quería morir...

-Sí. Nadie se quiere morir. Pero si fuese mi momento me hubiera gustado que sucediera así porque toqué el cielo con las manos toreando. Por eso también dije que me daba igual haber pinchado y perdido la Puerta Grande. La salida a hombros es sólo la consecuencia de lo anterior, de lo que viví.

-Lograr ese toreo con un toro tan exigente como es el de Adolfo Martín ¿es más difícil todavía?

-Sí. Indudablemente. Es un encaste con el que me identifico. Son animales con verdad, con carácter y que expresan mucho con la mirada. Este tipo de toro permite expresarme con el toreo que sueño.

-¿Qué sensación tiene de que le etiqueten en corridas duras?

-Con este ganado se sufre mucho. Hay que estar muy dispuesto. Este tipo de corridas no tienen que ver nada con las otras. No creo en las etiquetas; pero sí es cierto que he toreado más este tipo de corridas desde que el año pasado indulté un victorino en Cieza. También te dan más grandeza.

-Su toreo.

-No sabría definirlo. La base es no dejarme nada. Busco la entrega total, no defraudar al toro y poner mi cuerpo al servicio del toreo.

-Sus toreros predilectos.

-Admiro a muchos. Enumeraría a mil. Pero uno de los que más me ha marcado y por lo que soy torero es el maestro José Tomás.

-Tras su paso por San Isidro llegó a entrar en una depresión ¿Qué sucedió?

-Fue algo muy doloroso. No ocurrieron cosas... e hicieron leña del árbol caído. Me vine abajo. Toqué fondo. Descendí muchos kilómetros. Gracias a eso me he encontrado a mí mismo.

-Luego, su temporada ha sido triunfal.

-Sí. Estuve muy dispuesto en mi segunda tarde en Madrid. Y desde Pamplona hasta el final de temporada el torero y la persona se encontraron.

-¿Dónde se sintió más?

-En San Sebastián, con la corrida de Victorino; en Salamanca di la dimensión de torero que puedo llegar a ser; también en Logroño y en Murcia. Ha sido una temporada no muy alta en corridas, en total diecisiete, pero de mucha intensidad y en la que cada día he dado un paso adelante.

-¿Cómo es su vida en Sevilla?

-Resido en Benacazón desde 2004, cuando me llevaba Manili. Luego, estuve entrenando un tiempo con Manolo Cortés, cuando apoderaba a Oliva Soto y en 2008 con José Antonio Campuzano, cuando rompió con Castella. Entreno en La Recua, casi siempre solo.

-¿Como ha sido su paso por la Maestranza?

-No tuve opciones en dos novilladas de Conde de la Maza. Y en mi presentación como matador de toros, el año pasado, con Fuente Ymbro, sin cortar orejas toreé con profundidad con la izquierda. Fue una tarde bonita. Me hubiera encantado volver este año. Ojalá haga pronto el paseíllo en Sevilla porque es donde vivo y donde he visto tantos toros. Es como si fuese de aquí.

-¿Planteamiento para 2016?

-Continuaré con la casa Chopera -Manuel Martínez hijo- y con Manolo Sánchez.

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