Toros

Desangelado comienzo de la feria de otoño de Madrid

GANADERÍA: Novillos de Pereda, de desiguales hechuras, flojos y mansos. Un sobrero, como primero bis, de Torres Gallego, de escaso motor. TOREROS: Cristian Escribano, espuma de mar y oro. Cuatro pinchazos y tres descabellos (silencio tras aviso). En el cuarto, tres pinchazos y descabello (silencio tras aviso). Damián Castaño, de azul y oro. Tres pinchazos y un descabello (silencio). En el quinto, pinchazo, metisaca y estocada (silencio). Víctor Barrio, de verde y oro. Dos pinchazos y estocada (saludos). En el sexto, dos pinchazos y tres descabellos (silencio tras dos avisos). Incidencias: Las Ventas. Tres cuartos de entrada. Adalid saludó tras banderillear al segundo.

El comienzo de la Feria de Otoño en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid resultó desangelado.

Reses con excesiva flojedad y escasa casta y tres novilleros por curtir fueron determinantes para que el festejo resultara grisáceo, salvo algunos apuntes positivos aislados. De hecho, Víctor Barrio, un espigado novillero de Segovia, consiguió la única ovación y saludó tras estoquear al tercer novillo. Sus compañeros, Cristian Escribano y Damián Castaño fueron silenciados en sus lotes. Los tres toreros manejaron muy mal los aceros en la suerte suprema.

Víctor Barrio, el novillero más entregado de la terna, recibió a ese tercero en los medios, con tafalleras. Con la muleta derrochó disposición ante un ejemplar mansote, pero con movilidad. En la faena, que comenzó de rodillas, destacó en un par de series con la muleta en la diestra. Rozó el premio, pero falló con la espada.

Con el sexto de la suelta, al que recibió con una larga cambiada de rodillas a portagayola, faena a menos. Tras un comienzo explosivo, alternando con la diestra muletazos por la espalda con derechazos, apostó por la distancia larga. El novillo no llegó a entregarse. Hubo pases de buen corte, pero insuficientes, en una labor sin interés por el pitón izquierdo. Se libró milagrosamente de una cornada. El astado le metió el pitón a la altura de la axila, sin que calase y, afortunadamente, todo quedó en un susto.

Cristian Escribano no consiguió calar en el público con sus depuradas formas de estilista. Su primero, inválido, fue reemplazado por un astado suelto y de escasa motor. El getafense sacó un par de series con la diestra y poco más.

Con el cuarto novillo, al que Escribano veroniqueó bien, su labor sin embargo careció de transmisión.

Damián Castaño no tuvo opción a lucirse con el mansísimo tercero; y con el quinto, únicamente brilló en una tanda con la diestra.

Escasa historia en una feria que cuenta con un cambio para el cartel de hoy, en el que el camero Alfonso Oliva Soto, que sustituye a Manzanares, alternará con El Cid y Talavante, con toros de Núñez del Cuvillo.

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