Simón Casas. Empresario taurino

"José Tomás es el revelador poético de la entrega"

  • En su cuarto libro, primero traducido al español, el organizador y apoderado refleja su visión existencial, ligada a la tauromaquia

El empresario taurino y apoderado Simón Casas (Nimes, 1947) suma como escritor su cuarto libro, primero traducido al español: La tarde perfecta de José Tomás (Demipage), con prólogo del músico Andrés Calamaro, donde refleja su visión existencial, ligada a la tauromaquia, la trascendencia de la figura del maestro de Galapagar y las vicisitudes de un francés que se aventuró a ser torero en España -llegó a tomar la alternativa- en la época de Manuel Benítez El Cordobés. Un texto que intercala diario y ensayo.

-Simón, ¿qué ha querido trasladar con este libro?

-Es la entrega de José Tomás, del hombre con un sueño que llega a los límites máximos de entrega porque el toreo es el único arte donde está presente la muerte. Al asistir a aquella corrida en Nimes me pasó por la mente un repaso de mi vida. Es un recorrido poético y filosófico de la vida a partir de la corrida perfecta desde los tiempos en los que, junto a Alain -hermano de Nimeño, muerto trágicamente- quería ser torero en España. Es una búsqueda existencial. Yo, lo poco que sé me lo ha enseñado la tauromaquia, que es un arte fundamental del siglo XXI en el que está la muerte presente.

-En una frase: ¿qué representa José Tomás?

-Como todas las grandes figuras del toreo de todas las épocas, es el revelador poético de la entrega, que le falta al común de los mortales.

-Dicen los toreros que no existe la faena perfecta. Para usted, ¿aquella matinal de Tomás ante seis toros en Nimes fue perfecta?

-Ha sido uno de los eventos que he creado como productor. No fue perfecta, porque la perfección no existe. Pero José Tomás mató seis toros, cortó varias orejas y un rabo, indultó un toro. No se equivocó casi en ningún momento. Rozó la perfección. Fue una corrida que pasó a la eternidad, una obra maestra.

-En el libro hay un pasaje en el que dice que ganaba dinero ejerciendo la clá ¿Ha pensado como empresario utilizar ese sistema en las corridas que organiza?

-En un teatro son 700 personas. En los toros unas 10.000. Es imposible. Nadie puede poner de acuerdo a tanta gente. Además, una plaza de toros es el espacio de la verdad.

-Echo de menos que no escriba sobre los entresijos del negocio.

-No es el fundamento del libro.

-En tiempos de crisis llegan las grandes soluciones ¿En qué debe cambiar de inmediato la Fiesta?

-El mundo del toro debe adaptarse a la sociedad y no al revés. Debemos ser capaces de expresar que estamos aquí por una pasión y por unos principios como la grandeza, la ética, la estética y la animalidad. Porque los taurinos le damos al animal el respeto y el sitio que ningún otro le da, en un ritual. Mi profesor ha sido el toro de lidia, un animal con bravura y nobleza.

-¿Se ha dejado algo en el tintero?

-Evidentemente, sí. Quiero escribir otros tres o cuatro libros más. El final de mi vida lo veo como escritor.

-Gestiona varias plazas, entre ellas Madrid, Nimes y Valencia ¿Cambiaría cualquiera de ellas por Sevilla?

-La Maestranza es la meca del toreo, pero es de propiedad privada. No entra en el juego. Mis amigos Ramón Valencia y Eduardo Canorea, son unos privilegiados. La plaza de Sevilla, por el marco y la calidad de su público, es la que más me gusta y respeto.

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