Toros

Madrid cierra su temporada con una corrida de escaso contenido

corrida en las ventas TOROS: Cuatro de Martín Lorca y dos -tercero y quinto- de Escribano Martín, bien presentados, desiguales y de juego variado. Con nobleza y calidad el flojito primero; complicado el segundo; tercero con transmisión, sin humillar; inválido el cuarto; y deslucidos, quinto y sexto, TOREROS: Iván Vicente pinchazo, y trasera y caída (ovación); y estocada (ovación) Alejandro Amaya estocada y dos descabellos (pitos); y metisaca, media trasera, tendida y atravesada, y tres descabellos (bronca) Javier Jiménez caída y cinco descabellos (silencio y aviso); y casi entera atravesada y descabello (silencio) INCIDENCIAS: destacados en cuadrillas Lipi y Tito. Un tercio

Las Ventas echó el cierre con una corrida gris en lo artístico, en la que hubo algún conato de esperanza por el buen estilo y la capacidad de Iván Vicente y la disposición de Javier Jiménez pero por circunstancias nada se concretó.

Cinco lances de maravilla y media al ralentí fueron carta de presentación de Iván Vicente en el que abrió plaza. Instrumentó una faena muy templada, de gusto y plasticidad, aunque sin compactarla del todo por lo rápido que se apagó el toro. Y no pudo redondear nada con el inválido y claudicante cuarto. Lo mejor, la estocada final.

Jiménez se lució en el saludo a la verónica a su primero, toro permitió al sevillano mostrar su dimensión de torero valiente y capaz en dos primeras tandas. Lástima que no hubiera continuidad, unas veces por un molesto calamocheo del toro, y otras por no acertar el torero en la distancia y la velocidad. El último toro de la tarde y del año en Madrid no regaló ni una sola embestida, sin clase y con mal estilo. Jiménez hizo un esfuerzo baldío.

Lo del mexicano Amaya fue caso aparte. No quiso ni ver a su primero y se limitó a "quitarle las moscas". El descaro continuó en el quinto, sin llegar a pasar de las vulgares y apáticas apariencias.

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