Toros

Miguel Ángel Perera, segunda Puerta Grande en San Isidro 2014

Miguel Ángel Perera, quien atraviesa el mejor momento de su carrera, se impuso con autoridad al que cerró plaza, conquistando nuevamente el corazón de la afición madrileña y abriendo la Puerta Grande de Las Ventas por segunda vez en este San Isidro. Una marca histórica, ya que hay que remontarse a la edición de 1991 para encontrar un éxito de este calibre, que en aquella ocasión corrió a cargo del colombiano César Rincón.

Perera, quien por primera vez se enfrentaba a toros de Adolfo Martín, consiguió un éxito clamoroso en el último acto de un espectáculo que hasta el momento transcurría sin apenas brillantez. Logró su quinta puerta grande -cuatro como matador de toros-; dos de ellas en menos de dos semanas. Si la anterior en este San Isidro la consiguió lidiando toros de Victoriano del Río, en esta ocasión la obtuvo con la ganadería torista de Adolfo Martín, en un encierro desigual en presentación y juego; siendo los mejores toros quinto y sexto.

Ese astado, de nombre Revoltoso, de pinta cárdena como todo el encierro, que cerró plaza, imponente de trapío, le propinó una costalada al picador Paco Doblado en el primer encuentro. Notable Ferrera, al quite. Al toro, exigente en la muleta, le costaba entregarse. Perera, muy convencido de sus posibilidades, brindó el toro al público y con máxima confianza y dominador realizó una faena medida y con muletazos profundos. Con la diestra, sin vacilaciones, logró una con el armazón de la ligazón. Continuó creciendo en intensidad, con una serie con la izquierda, de mano baja, en la que puso de acuerdo a todos los espectadores. Rugió Las Ventas. Otra tanda con la izquierda fue muy ovacionada. Y una más, de nuevo, con ligazón, con el toro sometido, puso en pie al público, que aclamó nuevamente al torero. El pacense se tiró con fe para enterrar el acero en un estoconazo hasta el puño que fue premiado con las dos orejas.

Su primer toro, estrecho, fino, degollado de papada, corretón de salida, se dejó pegar en varas. Perera, también en una labor con firmeza, había robado muletazos por ambos pitones a un adolfo listo, que se revolvía con prontitud. La decisión y contundencia en la suerte suprema fue decisiva para una más que merecida ovación.

Antonio Ferrera, que hizo el paseíllo sin la montera puesta debido a que tenía la frente magullada por un accidente de tráfico sufrido hace una semana, estuvo voluntarioso ante su lote, ante el que añadió un plus de espectáculo en banderillas, prevaleciendo sus grandes facultades físicas y destacando ante el segundo astado, con un par en los medios, tras quebrar, y con otro por los adentros, después de un quiebro y llegando a parar al toro tras clavar. El que abrió plaza, bajo, aunque cuesta arriba, con defensas corniveletas no muy desarrolladas, se dejó pegar en varas y llegó reservón y con problemas a la muleta de un Ferrera que, encerrado en las rayas, porfió en un trasteo sin lucimiento.

El cuarto, bien hecho, corniveleto y con unas perchas exageradas, descolgó tras la muleta de Ferrera, que realizó una labor desigual, sin que tuviera eco alguno en los tendidos.

Diego Urdiales logró lo mejor de su actuación ante el quinto, el de más nobleza del encierro. Toro alto, montado, bien armado, que sin brillar en los primeros tercios, resultó noble en la muleta, aunque de escaso recorrido. El riojano, relajado, realizó una faena limpia, con muletazos de excelente trazo. Brilló especialmente en varios naturales sueltos, largos y templados, así como en pases de pecho. Falló con los aceros y la respuesta del respetable, que le coreó varios muletazos durante la lidia, fue una ovación cerrada.

Urdiales no tuvo oponente en primer lugar, ya que el animal, bien presentado y bien armado, resultó muy blando, perdiendo en varias ocasiones las manos, por lo que faltó emoción a una labor que no tuvo en cuenta el público.

Tarde histórica para los anales de Las Ventas en uno de los sanisidros mejor planteados de los últimos años y con mayores frutos en éxitos, con un Miguel Ángel Perera que inscribe su nombre en letras de oro, saliendo como uno de los candidatos a máximo triunfador de la temporada.

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