Toros

Octavio Chacón sale a hombros en su segunda actuación en Cutervo

  • El torero de Prado del Rey compartió el triunfo con El Capea, que debutaba en ruedos peruanos, y Alfonso de Lima, ante una corrida de toros mansa de Monterrey

El Capea, Octavio Chacón y Alfonso de Lima salieron a hombros el pasado miércoles de la plaza de toros "Jorge Piedra Lozada" en la ciudad de Cutervo, Cajamarca, en el sexto festejo de la feria de la localidad andina.

Se lidió un encierro de la ganadería de Monterrey manso en líneas generales, salvo el tercero de la suelta noble y con recorrido, según la información de Magaly Zapata del portal taurino "Burladero Perú".

Octavio Chacón, oreja y dos orejas; Pedro Gutiérrez "El Capea", que debutaba en Perú, silencio y dos orejas y Alfonso de Lima, dos orejas y oreja con fuerte petición de la segunda, denegada por el palco, por lo que dio dos vueltas al ruedo. El subalterno Victoriano Castillo fue atendido de una fisura de clavícula tras ser arrollado por el cuarto.

El Capea cortó las dos orejas del quinto, un mansurrón que saltó al callejón de la plaza. Su toreo de muleta fue intentar que no huyera el manso; se explayó por derechazos aunque por naturales dejó lo mejor, tapándole la salida y dándole tablas. En el primero que no fue mejor pero tuvo nobleza, encontró el acople mediada la faena y también destacó con la zurda.

Enterado, dispuesto y variado, la primera oreja de la tarde para Chacón cayó en mérito a una labor que conjuntó un buen toreo de capa, verónicas y chicuelinas de buena factura, y una faena en la que supo explotar a un toro de corto recorrido, con la muleta retrasada, y adornada por desplantes y alardes para encender al frío público cutervino. En el otro, manso y soso que arrollaba al embestir, estuvo encima con temple destacando los naturales que aún surgiendo de a dos, sin poder ligar series largas, tuvieron clase. Entera desprendida y tendida cayó la espada y pasó a cobrar dos orejas con fuerza.

El peruano Alfonso de Lima ha tenido una tarde rotunda, por firme, asentado, seguro, y contundente. Aplicando distancias y alturas en el momento preciso. Siempre muy dispuesto. Desde el toreo de capa, afarolado de rodillas y moviendo con cadencia las telas, hasta el toreo de muleta, templado y desmayado por momentos.

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