Granada

Orejas con mantequilla

  • Manuel Díaz El 'Cordobés', Francisco Rivera 'Paquirri' y David Fandila 'El Fandi, salieron a hombros tras cortar una oreja a cada uno de sus toros · El encierro de Gerardo Ortega fue blando y no transmitió

GANADERÍA: Se lidiaron seis toros de Gerardo Ortega, desiguales y terciados, sin fuerza, justos de raza y sin transmisión. TOREROS: Manuel Díaz 'El Cordobés', de purísima y oro. Estocada algo atravesada y descabello (oreja tras aviso) y pinchazo y estocada (oreja) . Francisco Rivera Paquirri, de azul pavo y oro. Dos pinchazos y estocada (oreja tras aviso) y estocada (oreja). David Fandila 'El Fandi', de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (oreja) y pinchazo, estocada honda desprendida y dos descabellos (oreja tras aviso). Incidencias: La plaza registró media entrada en una tarde algo nublada pero de agradable temperatura. Los tres toreros salieron a hombros por la puerta grande.

Cada triunfo tiene un valor, cada puerta grande un mérito, y cada actuación una historia, pero la de ayer con los toros de Gerardo Ortega, no fue precisamente de las que hay que enmarcar. Los astados, además de desiguales y terciados, fueron blandos de desesperar, y la raza había que buscarla con ojos agudos; con estos espartos la 'emoción' estaba garantizada. Es cierto que algún toro, sobre todo en la primera parte de la corrida, quería embestir, pero es que directamente no podía, los pies parecían de mantequilla, y así las cosas los toreros tenían que inventar unas faenas que se presentaban poco menos que imposibles para no desesperar.

Es cierto que cada uno de los actuantes cortó una oreja a cada toro, pero con la generosidad infinita del público de Granada, y alguna oreja casi inventada por la presidenta Ana Belén Álvarez, ya que la petición no era mayoritaria, sobre todo en el sexto toro en el que a David se le fue la mano y no mató con la firmeza que acostumbra, imagínense la contendencia de los trofeos, pero ahí están y ahí se quedan.

Por cierto, que lo mismo que Ana Belén tuvo generosidad, también tuvo el enorme gesto de sustituir a Mariano de Damas, que le tocaba presidir, y eso que la presidenta tenía un compromiso familiar casi ineludible, pero su afición y responsabilidad estuvieron del lado de un amigo, Mariano, cuyo padre entró ayer en parada cardiorespiratoria irreversible, y estaba clínicamente muerto con fallo multiorgánico, aunque aún no había certificado el fallecimiento. Desde aquí le deseamos mucho ánimo a él y a su familia en estos momentos tan duros.

No fue una tarde de emociones, y ni la buena disposición de un público festivo, que por cierto volvió a fallar en taquilla, y van tres, fue capaz de levantar un festejo que se tornó aburrido nada más abrirse los chiqueros. Los toros no se emplearon en el capote y menos en el caballo con un monopuyazo; por cierto, las dos rayas de picadores están para algo, ya que no vemos apenas el fondo, al menos guardemos las formas.

El Cordobés realizó una faena por alto y medios pases midiendo la escasez de su primero, un toro noble pero sin fuerza al que toreó al hilo sin apreturas, pero en su línea. Lo más vertical fue el toreo por el pitón izquierdo. En el cuarto recurrió al efectismo donde solo algún natural largo destacó ante un blando animal al que pasó por alto sin transmitir nada. El salto de la rana y desplante fácil le es muy rentable al Cordobés.

Paquirri, que estuvo muy dispuesto en banderillas en sus dos toros y lo intentó con el capote, realizó una faena sólo aseadita en el segundo, un toro sin fuerza pero noble del que tiró con suavidaden el toreo en redondo y se sintió a gusto, otra cosa fue la hondura y sentido de la faena. En el blando quinto un toro sin raza, solo pudo intentarlo con circulares y sin forzar la embestida en una faena de aliño donde buscó el efectismo en cercanías.

El Fandi, poderosísimo con el capote al igual que en el tercio de banderillas, realizó una faena muy técnica y poderosa en el tercero, un toro que se quedaba debajo y defendía su escasez y ante el que tuvo que recurrir al arrimón no exento de valor.

Remató con las dos rodillas en tierra y el animal estuvo a punto de cogerlo, porque todo lo tuvo que poner El Fandi. En el sexto,muy desrazado y sin fuerza, tuvo que recurrir David a una faena muy medida y sin forzar para que el toro aguantara. Insiste y toca por los dos pitones, lo prueba todo pero el toro se para punteando, solo algún natural tuvo largura y tuvo que recurrir a las cercanías para plantarle cara al animal e inventarse el toreo. El problema fue que no acertó con el acero, aun así consiguió su trofeo.

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