Toros

Padilla, con plena entrega, abre la puerta grande en La México

  • El diestro jerezano corona con una acertada estocada una gran faena, tras una fea voltereta

 El diestro jerezano Juan José Padilla la armó el domingo en la Monumental Plaza México, en la primera corrida de aniversario, al cortar dos orejas y salir en hombros por segunda ocasión consecutiva, en tanto que el mexicano Fermín Rivera obtuvo un trofeo a un toro de regalo. El también mexicano Arturo Macías escuchó palmas. 

Con una entrada de un tercio de plaza, unas 14.000 personas, se lidió un encierro perteneciente a la ganadería de San José, completado con un toro de regalo. En total, siete astados, excelentemente presentados, pero que en su conjunto no dieron muchas facilidades por los problemas de su edad y peso. Los mejores fueron el segundo y el cuarto, los otros cinco se dejaron, unos más que otros. 

Juan José Padilla triunfó ante  un público que se le entregó en todo momento. Con el primero, un toro incierto y parado, estuvo muy valiente, siempre en plan de dar todo. Mató de una estocada y hubo petición de oreja y salida al tercio para saludar. El jerezano, con el cuarto astado, siguió en ese plan, lucido en el manejo del capote, prendiendo banderillas y en una faena muy firme hasta que sufrió una fea voltereta, sin consecuencias. Continuó en el mismo plan para matar de estocada. Fue premiado con dos orejas y el cariño del público. 

Arturo Macías, en esta ocasión, se encontró con un público hostil y, más que exigente, intransigente. Su primer toro fue el mejor, pero tuvo momentos en que cambió la moneda. Mató de dos intentos y tres descabellos para escuchar tibias palmas. Estuvo mejor con el quinto, que no colaboraba y tenía peligro. Fue cogido aparatosamente sin consecuencias y mató de estocada. Escuchó aplausos. 

Fermín Rivera no se salió de su estilo, en su corte de torero fino, torero sin chabacanerías y sí con verdad. Su lote fue el menos propicio. Saludó desde el tercio en el tercero, y escuchó palmas en el soso sexto. En el séptimo de regalo realizó una faena con clase y la remató de estocada certera, que le valió una merecida oreja. 

Monumental de México

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