Toros

Paulita sale a hombros en la corrida de Ana Romero en Valdemorillo

Paulita abrió la puerta grande de la plaza de toros de Valdemorillo en la última corrida de la feria de San Blas y La Candelaria. El diestro aragonés cortó dos orejas del quinto toro de la ganadería de Ana Romero, de encaste santacoloma, que envió un encierro bien presentado y que dio juego desigual e interesante. Javier Castaño fue ovacionado y Manuel Escribano, silenciado en sus respectivos lotes.

Paulita cortó las dos orejas del quinto, un toro con buenas condiciones y exigente. El torero maño realizó una interesante faena, que fue creciendo a medida que el público también se metía en la labor. Dentro de su línea clásica y estilista, Paulita se mostró firme y voluntarioso hasta un cierre en el que brilló con la diestra, toreando templado y alargando los muletazos. Mató de buena estocada para ganar las dos orejas y la salida a hombros.

Paulita había dado ya una medida de torero con oficio y gusto ante su otro oponente de Ana Romero, el segundo, un toro manejable, tanto con el capote como con la muleta. Actuación interesante en su conjunto. Recibió al burel con buenas verónicas y con la franela hubo temple y toreó con suavidad. Seguro con la tizona. Dio una vuelta al ruedo.

Javier Castaño se mostró muy entregado toda la tarde y dio una actuación interesante junto a su cuadrilla. Con el astado que abrió plaza, de buena condición, se mostró seguro y con oficio. Con la izquierda, el mejor pitón del toro, consiguió los mejores momentos de su faena. Mató de media estocada y dos descabellos. Sucedió en ese momento un hecho insólito: saltó al ruedo, con el toro herido de muerte, un espontáneo antitaurino que fue retenido por las cuadrillas y puesto a disposición de la Guardia Civil. Como continúen los antitaurinos por esta vía acabará sucediendo una tragedia.

Javier Castaño estuvo de nuevo voluntarioso ante su segundo oponente, el cuarto de la tarde, un toro serio, que fue aplaudido al saltar al ruedo. La cuadrilla de Castaño se lució; así, Galán bregó con acierto y Adalid y Sánchez, obligados a saludar, brillaron en banderillas. Castaño cumplió en una faena en la que dibujó muletazos estimables por ambos pitones, aunque no llegó a emocionar plenamente debido a la falta de ligazón.

Manuel Escribano, que se había ganado el puesto tras la actuación del día anterior, sustituyendo al herido Alberto Aguilar, cumplió también ante su lote. Con su primero, un astado manejable, al que recibió con una larga cambiada, se mostró firme, en una labor con temple, entre tanto el toro fue a menos. El diestro sevillano no tuvo suerte en el cierre de esta Feria de Valdemorillo. El gerenense recibió al toro con verónicas asentadas. Con la muleta, el trasteo no alcanzó brillantez, con un toro a menos y de escaso recorrido.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios