El novillero Rafael Serna (Sevilla, 1995), tras su triunfal debut con picadores el pasado agosto en Huelva, ha debutado con buen pie en México, triunfando en las plazas La México y Guadalajara, donde ha sumado cinco festejos con picadores. Atrás quedó su salida a hombros por la Puerta del Príncipe, en la liguilla Nuevos valores en La Maestranza, entre otros triunfos. Hijo del compositor y cantante del mismo nombre, relata su experiencia de cuarenta días entre rancheras, viviendo "en torero" en el rancho del ganadero Pablo Moreno.

-Rafael, ¿qué ha supuesto su incursión en México desde el punto de vista personal?

-Es un antes y un después. Me ha servido para madurar, conocer gente nueva y valorarlo.

-¿Qué diferencias ha encontrado entre las plazas La México y Guadalajara?

-La México es una plaza donde sale un novillo a modo para hacer el toreo y es muy pasional. Te tratan con mucho cariño. Me sacaron a saludar la segunda tarde antes de torear. Es algo muy bonito. En Nuevo Progreso de Guadalajara el novillo es más serio, casi un toro; de hecho, dos fueron de cuatro y cinco años. Es un público bastante ortodoxo al que le gusta el toreo bueno y cuando rompe, ruge. Las tres tardes me han apoyado.

-¿Y las diferencias entre la afición mexicana y española?

-La mexicana es más pasional. Se desviven por todo lo que tiene a su alrededor. También es una afición dura si se sienten menospreciados. La española guarda más los silencios. Espera mucho más. Le cuesta entregarse desde primera hora. También tiene mucha más memoria. El toreo bueno no entiende de nacionalidades; en ambos sitios lo agradecen.

-¿Qué balance hace de su paso en las cinco tardes en México?

-En La México, con novillos de Garfias, corté una oreja y di una vuelta al ruedo. La faena a ese primer novillo la calificaron como la mejor de la Temporada Chica. Es una de las que más he disfrutado en mi vida. En la segunda, en Guadalajara, le corté una oreja de peso a un novillo de Pablo Moreno; me dio mucho y me sirvió para repetir a la semana siguiente. En la tercera, con novillos de Cuatro Caminos, corté una oreja, di una vuelta al ruedo y me tocaron dos dianas toreando con el capote. En la cuarta, en La México, con un novillo de Barralva, no hubo trofeos por la espada. Y en la quinta di una vuelta en Guadalajara.

-¿La mejor faena?

-Destaco tres cosas. La faena al primer novillo de Garfias fue la más completa. Sentí cosas muy bonitas. La del novillo de Pablo Moreno, por las circunstancias, fue una tarde que me valió mucho, ya que el novillo se entableró y caía un diluvio. Y en Guadalajara, el novillo que cuajé con el capote.

-¿Ha ganado contratos?

-Sí; para noviembre ya hay algunos festejos. Y pasaré enero y febrero del próximo año en México, donde haré campaña. Viviré en el rancho del ganadero Pablo Moreno, donde he estado estos cuarenta días.

-Antes de México, únicamente había toreado en su debut con picadores. ¿Cómo lo vivió?

-Como esperaba. Sabía que con el novillo picado podría hacer cosas importantes, como así fue. Además estaba en Huelva, que es mi segunda casa y con un torero de allí, David de Miranda. Fue muy importante. Las cosas se dieron bien y corté tres orejas.

-¿Qué diferencias ha encontrado en el salto a novillero con picadores?

-Sin picadores fue una etapa de ensueño en la que toreé unos cuarenta festejos. Fui a las mejores plazas: Sevilla, Málaga, Ronda, Bilbao, El Puerto, Huelva. Con picadores hay que esperar mucho más al novillo y torear con más suavidad. No te puede enganchar. Es otra mentalidad y el animal tiene un año más.

-¿Va definiendo su personalidad?

-¿Personalidad?... La personalidad del novillero debe ser arrear todas las tardes y abrirse camino día a día. La base del novillero debe ser la entrega.

-Planteamiento para la temporada 2016.

-Por supuesto, ir a Sevilla. Lo quise hacer esta temporda. Pero tras estos primeros festejos en México me he dado cuenta de que lo mejor ha sido no torear este año en Sevilla para llegar más preparado.

A la conversación asiste su apoderado, José María Almodóvar, quien señala: "Iremos a todos los sitios donde haya buenas condiciones; menos a Madrid. Allí, ya veremos, porque tiene que llegar superpreparado". Una preparación para la que Rafael Serna cuenta con Francisco Rivera Ordóñez Paquirri como asesor artístico.