Toros

Ponce da una lección magistral de buen toreo en la plaza de Huesca

  • El diestro valenciano corta dos orejas tras una faena inteligente y con sabor al cuarto. Morenito de Aranda pasea un trofeo y el francés Sebastián Castella, ovacionado

Una lección magistral de Enrique Ponce en el cuarto de la tarde dio algo de brillo al primer festejo de la Feria oscense de San Lorenzo. Los toros de Domecq con el hierro de Toros de Parladé tuvieron poca fuerza y escasa raza. Morenito de Aranda cortó una oreja mientras que sebastián castella puso su mejor empeño y se justificó sobradamente. Se lidió un encierro de Toros de Parladé y el cuarto de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y juego.

Enrique Ponce desorejó al cuarto de la tarde, un toro que tuvo la virtud de desplazarse y embestir cuando Ponce le enseñó a ello a base de hacerle las cosas muy bien y con sabiduría. Poco a poco, la faena fue llegando a los tendidos que sintieron cómo Ponce toreó para él. Cobró una gran estocada y tras un aviso cortó las dos orejas del noble toro de la ganadería anunciada en un principio, Juan Pedro Domecq. Con anterioridad abrió la Feria de San Lorenzo con un toro algo escaso de fuerza y poco colaborador al que le dio los tiempos y distancias oportunas y le pudo sacar tandas de calidad. Falló con los aceros y se guardó silencio.

Sebastián Castella, que entró en el cartel sustituyendo a Cayetano, puso toda la voluntad para sacar faena de un toro también noble pero algo soso que no colaboró para el lucimiento. Lo mató por arriba y fue ovacionado. Al quinto le costaba embestir por el pitón izquierdo, pero a la postre fue por donde a base de tesón, Castella le sacó lo más lucido del trasteo. Derrochó voluntad de triunfo pero la espada le privó de trofeos. Fue ovacionado tras oir un reclamo presidencial.

Morenito de Aranda tuvo que vérselas con un toro justo de feurza y de sosa embestida que no humilló. Estuvo voluntarioso y por encima del animal y consiguió muletazos lucidos por el izquierdo, poco a poco hasta que la faena cogió vuelos en los últimos compases. Lo mató a la primera y cortó una oreja. Morenito puso toda la carne en el asador buscando la sustitución de Serafín Marín en la corrida concurso, pero el toro no colaboró con él en su empeño. Lo mató de tercera estocada y dio la vuelta al ruedo.

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