San isidro

Robleño, única ovación en la corrida de Cuadri, que decepciona

  • Luis Miguel Encabo, con el mejor toro, el cuarto –ovacionado– y Alberto Aguilar, silenciados.

La corrida de Cuadri, seria, honda, con romana, con toros imponentes que se desinflaron en el último tramo de su lidia, tuvo como astado más destacado al cuarto, que con transmisión fue el único astado que brindó espectáculo en un festejo que resultó pesado y largo.

Luis Miguel Encabo, que brilló toreando a la verónica, quedó como derrotado por su encastado segundo, según veredicto del público de Las Ventas. Este cuarto, un tío, ¡con 606 kilos!, pero bien presentado, castaño, de nombre Tejedor saltó al ruedo con poder, derribó con facilidad en una entrada al caballo y al piquero y se hizo fuerte en banderillas, donde por agallas fue justamente ovacionado Otero. El toro, en el último tercio, encastado, embistió con transmisión. Encabo, que se había lucido a la verónica, consiguió una tanda con buenos muletazos con la diestra, el mejor pitón; por el izquierdo el astado salía con la cara alta. La labor de Encabo, a menos, la remató muy mal con los aceros. Y el público se decantó por el astado, que fue ovacionado en el arrastre; escuchando algunos pitos el torero.

Con el que abrió plaza, serio y hondo, Encabo se había lucido a la verónica en los lances de recibo. Con las banderillas anduvo fácil –¡con lo difícil que es banderillear un cuadri!– y estuvo a punto de cuajar un tercer par por los adentros, arriesgadísimo; pero cayó un palo. El trasteo no pasó de porfión con un toro a menos, complicado por el pitón izquierdo y manejable por el derecho.

Fernando Robleño se esforzó ante su lote y consiguió los mejores momentos y única ovación del festejo ante el segundo de la tarde. Este cuadri, con plaza y de encornadura acapachada, tuvo como mayor virtud la nobleza. Esperó en banderillas y provocó un mitin. Robleño, muy firme y aplicando una buena lidia, logró una buena tanda por cada pitón a un astado muy exigente y complicado en la muleta. Mató con decisión al primer envite, enterrando la estocada.

El quinto, cinqueño, bajo y serio, se empleó en varas, derribando en el primer encuentro y empujando en el segundo. En banderillas cortó. Luego, en la muleta, fue a menos. Robleño porfió en un trasteo en la distancia corta, con unipases. La  ligazón, chispa de la emoción, resultaba imposible. Mató mal.

Alberto Aguilar lo pasó mal por momentos. Con el tercero, alto, que humilló tras la muleta, aunque acortó de inmediato su recorrido, intentó justificarse en una labor desigual. El madrileño, en corto, consiguió dos series diestras con ligazón y ovacionadas; pero el toro se aplomó de inmediato.

El sexto, bajo y hondo, no llegó a romper y Aguilar acabó estrellándose en el último acto, con el público ya totalmente desencantado.

La verdad es que el resultado fue muy pobre. Una única ovación, que recibió Robleño en una corrida de Cuadri, muy esperada por la afición madrileña y que decepcionó en su conjunto.

Ficha del festejo

Vigésima sexta corrida de la Feria de San Isidro

Ganadería: Corrida de Cuadri, en conjunto bien presentada, rondando los 600 kilos, peso que aguantaban su caja. De juego desigual, cada toro tuvo muchas transformaciones en la lidia. En conjunto, muy parada en el último tercio. El mejor tras las telas, el cuarto, de 606 kilos, encastado y con transmisión, ovacionado en el arrastre. 

TOREROS: Luis Miguel Encabo, de turquesa y plata. Estocada (silencio). Estocada que hace guardia y seis descabellos (silencio tras aviso). Fernando Robleño, de tabaco y oro. Estocada (saludos tras ovación y aviso). Metisaca en los bajos y estocada caída (silencio tras aviso). Alberto Aguilar, de azul y oro. Tres pinchazos (silencio). Pinchazo, media y tres descabellos (silencio).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas. Martes 2 de junio de 2015. Tres cuartos de entrada. Ángel Otero destacó en banderillas en el cuarto.

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