Toros

Ronda siempre espera a los grandes

  • Morante de la Puebla reaparece esta tarde en solitario

Huesca. 10 de agosto. Un toro de Gerardo Ortega hacía saltar las alarmas. En la muleta, el pitón de Oloroso hizo carne en el muslo de su lidiador, Morante de la Puebla. Tres trayectorias que surcaban la piel, y lo que no era la piel, del diestro. Operaciones, transfusiones y continuos partes médicos para saber cómo eran los avances de una cornada que se pronosticó grave. Comenzaba desde de ahí un rosario de plazos de recuperación y de compromisos perdidos que alteraba los carteles, pilares, de numerosas ferias y festejos. Debido a esto Iván Fandiño, Alejandro Talavante o Antonio Ferrera ocupaban su lugar en ciudades como Almería, Bilbao, Málaga, Sanlúcar o Mérida mientras se iba confirmando que se desvanecía del horizonte la silueta del matador sevillano.

Desde que se conoció la noticia del grave percance y sus consecuentes ausencias, una fecha rondaba la cabeza de propios y extraños. El 7 de septiembre. Estaba marcada en rojo. Era una de las piezas claves del rompecabezas conformado para la segunda parte de la temporada morantista. Se anunciaba ni más ni menos que con seis toros en solitario en la tradicional corrida goyesca de Ronda.

Su encerrona en el templo taurino rondeño fue un rumor que se convirtió en noticia allá por el mes de mayo. Será la cuarta vez que José Antonio Morante Camacho, o lo que es lo mismo, Morante de la Puebla en los carteles, se anuncie para pisar el albero de la plaza de la Real Maestranza de Caballería rondeña. Lo hará ante seis reses de la ganadería de Juan Pedro Domecq. La soledad del barroco ante las leyes de la bravura.

Para mañana otro grande que vuelve a los ruedos. Paco Ojeda, el genio de Sanlúcar, vuelve a subirse a lomos de un caballo de rejoneo para batirse en un mano a mano junto a otro centauro que deja su estela allá por donde va, Diego Ventura. Se enfrentarán a reses de Los Espartales.

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