Toros

Rubén Pinar abre la Puerta Grande; y Del Álamo, un trofeo

  • El torero albacetense corta una oreja a cada uno de sus toros en la corrida celebrada en Gijón

El diestro Rubén Pinar salió a hombros en el quinto festejo de la Feria de Begoña de Gijón.

Víctor Puerto llevó a cabo una primera faena de notable reposo frente a un toro muy justo de fuerzas, al que supo dosificar muy bien a media altura y sin obligarle en demasía para acabar pegándole varios muletazos de cierto empaque y gusto, que, sin embargo, no llegó a trascender lo suficiente a los tendidos. El cuarto tuvo más transmisión, al que toreó de capote con muy buen aire. Lances cadenciosos, ganando terreno, hasta acabar en los medios, pusieron la plaza en pie. Pero en la muleta no fue igual. Pegó algún pase suelto dentro de un trasteo al que le faltó hilván y mayor consistencia (ovación y silencio).

Rubén Pinar estructuró una primera labor de extraordinario ritmo sobre todo por el lado derecho. Faena a más, con un Pinar muy despejado de mente y capaz, para imponerse a las complicaciones iniciales del astado, un tanto probón y andarín. Pero acabó pegándole muletazos de notable hondura y exquisito temple. Con el quinto hizo un esfuerzo en la muleta para acabar arrancando muletazos ligazos de bonito trazo y especial aroma. Faena larga y nota alta que, tras una estocada en todo lo alto (oreja y oreja).

Juan del Álamo instrumentó una primera faena de tanta voluntad como variedad ante un toro justo de fuerzas, con el que se lució en el toreo en redondo. Pero no consiguió redondear un triunfo mayor en el que cerró plaza, toro sin transmisión alguna con el que estuvo aseado sin más (oreja y silencio).

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