Toros

Ruiz Miguel emociona a la afición italiana en Turín

  • El maestro gaditano recibió el galardón Ópera Taurina, que concede el Club Taurino Italiano por su “inimitable trayectoria”

Ruiz Miguel, en su intervención en Turín

Ruiz Miguel, en su intervención en Turín / D. S.

El matador de toros retirado Francisco Ruiz Miguel ha recibido en la ciudad de Turín el galardón Ópera Taurina, que concede el Club Taurino Italiano “por su inimitable trayectoria” en un emotivo acto, con aficionados de distintos puntos de Italia.

El premio (un minotauro en bronce creado por el gran artista florentino Silvano Porcinai) se otorga a matadores retirados, ganaderos y otros personajes pertenecientes al mundo taurino. En anteriores ediciones ha sido recibido por Santiago Martín El Viti, la dinastía Victorino y Paco Ojeda.

El presidente del Club, Paolo Mosole, al entregar el trofeo rememoró la historia de leyenda del maestro gaditano afirmando que “mató 100 corridas de Miura, 89 de Victorino, 36 de Pablo Romero a lo largo de su casi 1.500 paseíllos en los que toreó demostrando poder, temple y gusto”. También se destacó su continua labor de promoción de la Fiesta en las escuelas taurinas y en las retransmisiones televisivas.

Ruiz Miguel recogió el trofeo aseverando: "Para mí es una ocasión histórica por estar por primera vez en Turín y en Italia, algo que me emociona mucho. También por la calidad de aficionados que he encontrado aquí y por el mérito que tiene vuestro Club especialmente en los tiempos que corren". Y en una larga tertulia habló de sus comienzos, señalando que "mientras la técnica se aprende, cosas como el temple o el arte solo se llevan dentro y nadie las puede enseñar". Sus sacrificios y esfuerzos le hicieron llegar a ser figura y especialista de las corridas duras, aunque esto, como ya le decía su maestro Rafael Ortega, "sea más difícil que comerse un gato vivo".

Se recordaron sus grandes tardes, como la del toro Gallero de Miura al que en 1971 cortó un rabo en su primera miurada en Sevilla y que fue uno de los mejores toros de su vida. O la faena a un gran victorino en Bilbao en 1974 al que, a pesar de diez pinchazos, cortó una oreja y dio dos vueltas al ruedo. Analizó su renacida etapa junto a Pepe Luis Segura, apoderado que le acompañó el resto de su carrera. También habló de los 17 percances que sufrió en su trayectoria.

Con respecto a las perspectivas de la Fiesta no se mostró muy optimista, sobre todo por el "animalismo imperante y la falsa hipocresía" y echó en falta "un poco de compromiso más por parte de las figuras actuales".

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