Toros

Serna, un trofeo en su debut

  • El sevillano se estrena con picadores en la Maestranza cortando una oreja a su primer novillo Ovación a Varea y Curro Durán Espectáculo de casi cuatro horas con lluvia intensa, viento y frío

plaza de toros de la real maestranza de sevilla Ganadería: Novillada de Albarreal, incluido un sexto bis, de desigual presentación y juego y un sobrero de Cayetano Muñoz, como sexto bis, con movilidad y a menos. TOREROS: Varea, de caña y azabache. Entera algo caída y muy tendida (saludos tras ovación). Estocada (ovación). Curro Durán, de burdeos y oro. Casi entera tendida (saludos tras ovación). Tres pinchazos y cuatro descabellos (silencio tras aviso). Rafael Serna, de azul y oro. Estocada (oreja). Dos pinchazos, estocada que hace guardia y estocada (silencio tras aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Domingo 8 de mayo de 2016. Menos de media entrada. El festejo, que duró dos horas y cuarenta minutos, comenzó con 35 minutos de retraso debido al trabajo de los operarios en la retirada de la lona que cubría el ruedo. Christopher Foucart y José Pérez Valcárcel saludaron tras banderillear al segundo novillo. Llovió intermitentemente con varias trombas de agua, especialmente fuertes al término del tercer novillo y del quinto.

El festejo comenzó con 35 minutos de retraso debido al trabajo de los operarios para retirar la gigantesca lona que cubría el ruedo. Gracias a esa enorme pieza, el piso de plaza se encontraba bien, pese a las intensas lluvias caídas previamente. Y aunque a la siete de la tarde chispeaba y se cernían nubes más negras que la pinta de los cinco primeros novillos de Albarreal, los novilleros -Varea, Curro Durán y Rafael Serna-, con hambre de torear, hicieron el paseíllo con determinación y a paso de legionario para ganar el tiempo que habían perdido en el patio de cuadrillas. En esto del tiempo hay que añadir el desacierto de la presidenta al devolver al sexto novillo en plena noche, en medio de un diluvio y con el ruedo convertido en una piscina, por lo que no había animal que se afianzara. El novillo no obedecía a los bueyes y el numerito, que duraría un cuarto de hora, aproximadamente, se cerró con un feo espadazo de Rafael Serna, el titular del ejemplar, todo ello tras intentos repetidos de apuntillarlo desde un burladero, con la intervención posterior del picador y una parte del público marchándose.

En una tarde que, como describo, tuvo tintes surrealistas, la lluvia, con dos auténticos diluvios tras el tercer y el quinto novillo, el viento, que molestó por momentos a los toreros en la lidia, y hasta el frío que acusó el público, que fue desertando a medida que transcurría el festejo determinaron, en gran medida, el desarrollo del mismo en el que Rafael Serna consiguió el único trofeo en su estreno con picadores en una Maestranza que comenzó con casi medio aforo cubierto y terminó prácticamente vacía antes de que arrastraran al sexto novillo.

En cuanto a lo realizado por la terna, Rafael Serna consiguió el único trofeo en una auténtica tarde de perros y Varea y Curro Durán se entregaron en un festejo de escaso contenido artístico con una novillada de Albarreal, de desigual presentación y juego con el añadido de un sobrero de Cayetano Muñoz, con movilidad y a menos.

Rafael Serna, quien abrió la Puerta del Príncipe en su etapa sin picadores, estuvo alentado por muchos partidarios y aconsejado desde el callejón por Rivera Ordóñez Paquirri. Ante su primero, un novillo que embestía con calidad por el pitón izquierdo, logró dos tandas notables, brillando especialmente en tres naturales despaciosos. Se volcó con fe para matar de estocada certera y pasear la citada oreja en medio de un diluvio.

Ya en plena noche, el sexto tardó una inmensidad en salir; tanto como Serna en ir a por el animal cuando se emplazó. El novillo patinaba. No aparentaba ninguna lesión. Hubo protestas. Y la pesidencia lo devolvió. A partir de ahí se vivió el numerito ya contado para dar paso a un sexto bis de Cayetano Muñoz, con movilidad y a menos, con el que el sevillano se mostró porfión. Con la espada estuvo fatal.

Varea, en puertas de tomar la alternativa en la Feria de Nimes el próximo 15 de mayo, se desenvolvió con oficio ante su lote. Anduvo algo frío y con la muleta retrasada ante el manejable primero. Con el complicado cuarto, el castellonense se entregó con ahínco en una faena larga, que acabó en un serio arrimón.

Curro Durán, el menos placeado, contó con el peor lote. Al segundo, mansote, tardo y sin entrega le hizo frente con la muleta con más pundonor que técnica tras una larga cambiada de rodillas frente a toriles en la que se jugó el tipo de verdad. El quinto, otro ejemplar complicado, le cogió, afortunadamente sin consecuencias, en un quite en el que fue determinante el viento y el mal estado del piso de plaza. Con la muleta, el utrerano anduvo voluntarioso. Comenzó en los medios y a punto estuvo de ser cogido nuevamente, resolviendo con un cambio de mano. Llegó a marcarse un fallero -muletazo por la espalda- en una faena en la que expuso mucho.

En un espectáculo pobre y con factores meteorológicos adversos, quedó como más significativo el toreo al natural de Rafael Serna, quien se estrenó con picadores cortando una oreja en la Maestranza.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios